La crisis política de Turingia, donde por primera vez dos partidos demócratas han roto el cordón sanitario contra la AfD, pone a prueba el bloqueo a los radicales
AKK llega al cargo para defender lo que ella llama las tres raíces del partido -la conservadora, la socialcristiana y la liberal- sin abandonar el centro.
La actuación del jefe de los servicios secretos en el interior del país a raíz de la crisis anti-inmigración de Chemnitz enerva a los socios de la coalición.
Alemana funciona. Y los alemanes quieren más Merkel, siguiendo una lógica aplastante: si algo les funciona, ¿para qué cambiarlo? Una buena noticia es que en el Bundestag no estarán los euroescépticos de Alternativa para Alemania, que querían expulsar del euro a los países del sur.