La elección del líder de Turingia con los votos de la ultraderecha desata un terremoto en Alemania

La elección del líder de Turingia con los votos de la ultraderecha desata un terremoto en Alemania

Un precedente inquietante, cuando hay un firme cordón sanitario contra los radicales que ahora queda roto, una crisis que amenaza hasta a Merkel

Thomas Kemmerich, el nuevo mandatario de Turingia, apoyado por la ultraderecha.Picture Alliance via Getty Images

La elección por sorpresa al frente del land alemán de Turingia de un candidato liberal con el apoyo de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) -y de la gubernamental CDU- ha causado un terremoto político en Alemania pues rompe con el “cordón sanitario” impuesto hasta ahora a cualquier cooperación con la ultraderecha.

La “ruptura del tabú”, como ha sido calificada la elección de Thomas Kemmerich por algunos analistas, se ha producido justamente en el estado federado donde la AfD es liderada por una de sus figuras más radicales, Björn Höcke.

Höcke es considerado como uno de los principales exponentes de una grupo llamado “El ala” que incluso es observado por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución por considerar que desde allí pueden impulsarse planes en contra del orden constitucional alemán.

La Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel, se había fijado como principio no tener coaliciones ni ningún tipo de cooperación ni con la AfD ni con La Izquierda.

La izquierda, la fuerza más votada

Ese principio llevó a la CDU a un dilema tras las elecciones regionales de Turingia donde La Izquierda había sido el partido más votado, seguido por AfD, y donde no se podía lograr ninguna mayoría en el Parlamento regional sin contar con uno de los dos partidos.

El líder de La Izquierda en Turingia, Bodo Ramelow, había llegado a un acuerdo de coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes con cuyos votos esperaba ser reelegido por mayoría simple en la tercera votación en el Parlamento regional. De ahí el gesto de la izquierdista Susanne Hennig al ir supuestamente a felicitar al nuevo mandatario. Más clara no puede estar su postura.

En las dos primeras votaciones Ramelow se impuso con claridad al candidato de AfD, Christoph Kindervater, pero sin llegar a la mayoría absoluta que necesitaba.

Para la tercera ronda, en la que es suficiente la mayoría simple, el Partido Liberal (FDP) presentó la candidatura de Kemmerich mientras que AfD mantuvo la candidatura de Kindervater.

No obstante, Kindervater, que había obtenido 22 votos en la primera y la segunda vuelta, se quedó sin apoyos en la tercera y los diputados de AfD votaron en bloque por Kemmerich que a la postre se impuso a Ramelow por 45 contra 44 votos.

La constelación es de por sí curiosa ya que el FDP, que Kemmerich preside en Turingia, tiene sólo cinco diputados en el parlamento regional al que accedió in extremis al quedar 71 votos por encima del umbral del 5%.

Esto último hace que algunos analistas le auguren una vida corta al gobierno de Kemmerich pero, al margen de ello, la manera como se dio su elección ya ha desatado un debate en Alemania.

“Irresponsable”

“Hacerse elegir primer ministro por ultraderechistas es completamente irresponsable. Todos los demócratas debemos estar juntos contra AfD. Quien no lo entienda, no ha aprendido nada de nuestra historia”, dijo a través de twitter el ministro de Exteriores, el socialdemócrata Heiko Maas.

El secretario general del SPD, Lars Klingbeil, calificó la elección de Kemmerich de “la hora más baja de la historia alemana desde la posguerra”. Incluso dentro del FDP ha habido críticas a la manera como se dio la elección de Kemmerich, como la expresada por la diputada Marie-Agnes Straeck-Zimmermann. “Aprecio personalmente a Thomas Kemmerich y entiendo su deseo de convertirse en primer ministro pero hacerse elegir por alguien como Höcke es para un demócrata algo inaceptable”, dijo Straeck-Zimmermann.

De parte de la CDU su líder, Annegret Kramp-Karrenbauer, aseguró que lo ocurrido “va claramente en contra de las recomendaciones, las demandas y las solicitudes del partido” y, desde Estrasburgo (Francia) agregó: “ahora tenemos que hablar sobre si unas nuevas elecciones no serían la salida más limpia para esta situación”.

“No es un buen día, no es un buen día para Turingia, ni es un buen día para el sistema político en Alemania”, zanjó la líder del partido de la canciller Merkel.

Antes, el secretario general del partido, Paul Ziemiak, criticó duramente la forma en la que resultó elegido Kemmerich. “Es un día negro para Turingia. El FDP ha jugado con fuego y ha incendiado Turingia y todo nuestro país. No se puede elegir un primer ministro con votos de nazis como Höcke”, dijo Ziemiak.

De parte de AfD, el co-presidente del partido Jörg Meuthen celebró que por primera vez se hubiera elegido un primer ministro con los votos de su partido y dijo que sería lógico que la agrupación reclamase participación en el Gobierno en Turingia.

Kemmerich ha rechazado toda posibilidad de cooperación con AfD y el presidente federal del FDP, Christian Lindner, ha dicho que si no se logra un diálogo con la CDU, el SPD y Los Verdes tendrá que haber nuevas elecciones en Turingia.