Es importante que exista un día para reivindicar los derechos de las trabajadoras. Cierto, porque la simbología es una herramienta útil. Sin embargo, la lucha debe de producirse día a día, en las fábricas, oficinas, comercios y despachos. Cuando una empresa sea señalada, sancionada, e incluso, vea peligrar la continuidad de su negocio por el hecho de tener a una trabajadora en una situación inferior a la de un hombre, habremos dado un paso de gigante.