El Foro Económico Mundial constata el poderío de los estados europeos en la materia pero, también, que necesitamos 132 años para alcanzar la paridad plena.
Nuestro país es el sexto más avanzado en igualdad de género de los Veintisiete, según datos comunitarios, aunque necesita impulsar el empleo y los cuidados.
“Corremos el riesgo de desandar el camino de las últimas décadas de forma permanente y perder los rendimientos económicos futuros de la diversidad”, dice el WEF.
La cultura de la violencia y discriminación basada en el género tiene carácter estructural y sistémico, cohabita de forma naturalizada y nos pasa desapercibida.
Las mujeres están sobrerrepresentadas en las categorías laborales inferiores –peor remuneradas– e infrarrepresentadas en el tramo superior de salarios.