Radiografía de la igualdad en España: trabajo, salud, poder, dinero, tiempo y conocimientos
Nuestro país es el sexto más avanzado en igualdad de género de los Veintisiete, según datos comunitarios, aunque necesita impulsar el empleo y los cuidados.
El último informe del Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE, por sus siglas en inglés) constata que en España la igualdad de género se abre camino. Que hay lagunas, deudas pendientes y mucho por corregir, pero que está en una posición avanzada respecto al resto del club comunitario, también. Nuestro país obtiene un índice de igualdad de género del 74,6%, lo que supone seis puntos por encima de la media de la Unión, que está en el 68,6. Desde el año 2010, este valor ha aumentado en ocho puntos, siendo el noveno país que más creció en este período. Es el sexto país más avanzado en la materia, sólo superado por Francia (75,1), Países Bajos (77,3), Dinamarca (77,8), Finlandia (75,4) y Suecia (83,9). Un avance aplaudido desde Bruselas que, no obstante, va acompañado también de un aviso: hay que mejorar, sobre todo, en empleos y cuidados.
El Índice, creado por este organismo comunitario con sede en Lituania, se elabora con datos referidos a 2020 que miden diversas realidades, para dar una visión de conjunto: Trabajo, Dinero, Conocimiento, Tiempo, Poder y Salud. España obtiene puntuaciones muy elevadas, superiores a la media europea, en los dominios de Poder (80,6 frente a la media de 57,2), Conocimiento (68,3 frente a 62,5) y Salud (91.7 frente a 88,7); mientras que su posición es más modesta en los indicadores que miden Trabajo (73,6 frente al 71,7 de media europea), Tiempo (64 frente a 64,9) y Dinero (78,7 y 82,6). No se incluyen en este estudio los datos de violencia machista.
Bien en Salud y Poder...
La mayor puntuación la obtiene España en Salud es muy aplaudida por el EIGE, que destaca que es el quinto estado con mejores registros. Destacan “la esperanza de vida al nacer” (85 años en ellas frente a los 80 de ellos), “los años de vida saludable” y “a la práctica deportiva y hábitos alimenticios saludables”, como los 10 puntos de diferencia que hay entre quienes ni fuman ni beben en un lado y el otro (79-69). Está especialmente bien el acceso a los servicios (98,1 puntos sobre 100), pero se ha detectado, aún así, un retroceso, ha caído medio punto que la llevan del puesto 10º al 16º en dos años. En cambio, ha subido cinco puntos en cuanto a comportamientos y políticas sanitarias orientadas a la mujer, del noveno al quinto puesto en los Veintisiete.
Los mayores ascensos se han experimentado en Poder, con 23,4 puntos más que la media europea. La puntuación de este indicador representa un incremento de 3,7 puntos en un año, situando a nuestro país en tercera posición. ¿A qué se debe? El informe apunta a un aumento del número de mujeres en los Consejos de Administración de empresas cotizadas en bolsa o como miembros del Banco Central, además de al hecho de que ha aumentado la participación femenina en organismos públicos de investigación, en corporaciones de radiodifusión pública y en organismos olímpicos nacionales.
Los datos son realmente alentadores: se logra un 87,4 en el ámbito político, seguido del social (79,1) y, en último lugar, la esfera económica (75,7). Lo positivo es que no hay ni retroceso ni estancamiento, sino que todas estas vertientes avanzan, y eso es clave porque, indica el informe, de ese aliento viene el verdadero cambio de las cosas.
... pero pesa la falta de tiempo y la brecha salarial
En contraposición, la peor nota se obtiene en el campo del Dinero, en el que se revisan los “recursos financieros” y la “situación económica”, y el Tiempo, relativo al “desempeño de actividades de cuidado” y al “tiempo dedicado a actividades sociales”. En la primera de las categorías, España ocupa el número 16 de los países UE y en la segunda, el 14, ambos por debajo de la media europea.
Estos indicadores que muestran que siguen siendo las mujeres las que asumen mayores responsabilidades en el cuidado de la familia y el hogar, un rol que se repite pese a los cambios educativos o la incorporación al mundo laboral. Ellas cuidan más de menores, mayores y personas discapacitadas (un 40% frente a un 28% de hombres). El 53 % de las mujeres se hizo cargo del cuidado de menores de 0 a 11 años totalmente o la mayor parte del tiempo, en comparación con un 19 % de hombres. Aquellas que pasaron más de cuatro horas diarias encargadas de sus hijos e hijas fueron el 44 %, en contraste con un 25 % de varones.
Con respecto a las labores domésticas, concretamente, son el doble las mujeres que se ocupan de ellas que los hombres, 84% frente al 42%. Y también las españolas tienen un menor acceso a actividades deportivas o culturales de forma asidua (39 % de mujeres frente a un 45 % de hombres).
La participación femenina en el mercado laboral lastra los otros buenos datos que conforman el indicador porque persisten grandes diferencias en la tasa de empleo a tiempo completo de hombres y mujeres y el número de años que pasan unos y otros trabajando ha hecho que este país se sitúe en el puesto 23 (en 2019 estaba en el 21) de esta categoría. La puntuación de España se ha estancado, dice la UE, en el ámbito del trabajo (– 0,1 puntos con respecto al año 2019), con un retroceso de 0,8 puntos en el sub-ámbito de la participación. Ha pasado de ocupar el puesto 21º al 23º.
El Instituto Nacional de Estadística (INE), que calcula la brecha salarial teniendo en cuenta la diferencia entre la ganancia por hora de hombres y mujeres asalariados, cifró en un 11,3% más lo que cobran los hombres frente a las mujeres el año pasado. Los sindicatos la elevan hasta el 22%. La tasa de riesgo de pobreza entre las mujeres está en el 22,2, mientras que la de los hombres está en el 21,1. En este caso, los datos que maneja el INE son de 2021.
Tampoco ayudan los indicadores de segregación y calidad del trabajo, donde la puntuación es de 68,2 sobre 100, pues las mujeres presentan peores perspectivas de carrera profesional, tienen menor capacidad para disponer de una o dos horas libres para encargarse de asuntos personales o familiares y son mayoría en los sectores educativo, sanitario y social. Los clásicos. El salto a las ciencias, por ejemplo, sigue pendiente.
"Un progreso reseñable"
Annalisa Ferri, una experta en género italiana que ha documentado distintos estudios del EIGE, explica que estas estadísticas son el reflejo de que "la sociedad española ha progresado considerablemente" en igualdad. "Lo ha hecho en lo estructural, en lo sistémico, con un trabajo centrado en la educación, el acceso al trabajo y a los centros de poder de decisión", señala. Sin embargo, previene de triunfalismos.
"Más allá del problema hiriente de la violencia machista, que sigue siendo una voluminosa asignatura pendiente, es importante no caer en triunfalismos, porque los datos, como en toda Europa, se están ralentizando, tras una década de grandes avances. Hay que reducir los tiempos, porque con los ritmos de hoy, harán falta 25 años al menos para alcanzar en España la plena igualdad", indica.
Entre los puntos a mejorar, insiste en la "brecha salarial", en la incorporación de la mujer a "materias técnicas superiores" y la segregación educativa, aún muy instaurada en España. Entre los puntos a aplaudir, el ascenso en representación política y económica, "y en puestos decisorios y con imagen pública, en general". Es un punto de inflexión, a su entender, la composición del actual Ejecutivo PSOE-Unidas Podemos.
El contexto de los Veintisiete
Desde 2005, el Instituto Europeo de Igualdad de Género viene publicando el Índice de Igualdad de Género, que proporciona una visión sobre la situación de igualdad en Europa y permite realizar comparaciones entre los países miembros y estudiar la evolución de los mismos, lo que permite medir el impacto de las políticas de igualdad y visibilizar aquellas áreas que precisan mejora.
La media europea se sitúa en 2020 en 68,6 puntos sobre 100, lo que supone un incremento de 0,6 puntos con respecto a 2019 y 5,5 respecto a 2010, evidenciando que aún queda mucho por hacer hasta alcanzar la paridad absoluta. Los especialistas señalan que, en tiempos recientes, la pandemia de coronavirus ha sido un factor clave para no avanzar más. "Por primera vez desde su puesta en marcha, ha habido un descenso en algunos indicadores debido a un desigual impacto de la pandemia. Sin embargo, el progreso en un único campo ha evitado una caída global de la igualdad de género", explicita el Instituto.
Como se viene observando en estos últimos años, aún se continúa con un ritmo lento de aproximadamente un punto cada dos años, harían falta casi tres generaciones para alcanzar la igualdad de género en la Unión Europea. Los coletazos de la postpandemia y los efectos de la guerra de Ucrania auguran datos peores en el próximo informe del EIGE.