Los niños hoy ya no quieren ser astronautas, los niños quieren ser futbolistas. Casi siete décadas después de la propaganda y del american way of life, los ciudadanos miran el futuro con el escaso optimismo de los tiempos que corren, la inestabilidad laboral y la incertidumbre económica. La Gran Recesión ha grabado a fuego el término distopía en nuestro vocabulario.