Hace noventa años, un Congreso estrictamente de los Diputados aprobó por una mayoría tensa que las mujeres de este país tendrían plenos derechos electorales.
No se trata de una medida que abra la puerta a las drogas, aunque muchos se empeñen en ridiculizar así un movimiento que supondría enormes beneficios para la economía, la salud y la industria.
La singularidad de la nueva convocatoria es que los partidos de la derecha le han dejado el protagonismo a una plataforma ciudadana con la excusa de 'carácter apartidista'.