Parecía una escena sacada de una comedia romántica para adolescentes de serie B (el chico popular le quita las gafas de empollona a la chica, la chica se sonroja, el chico se inclina para besarla), pero sin tensión sexual subyacente. Aunque sabía que no estabas intentando conquistarme y que estabas achispado, tu piropo inesperado significó muchísimo para mí.