La seguridad en el tráfico se mueve por parámetros en los que hay que conjurar decenas de elementos. Actuar intensa y obsesivamente sobre algunos de ellos, dejando en segundo término otros, solo trae beneficios a corto plazo, que son los que lamentablemente quieren los políticos, sujetos a unas elecciones en las que pueden ofrecer demagogia muy rentable.