Un estudio publicado en junio de 2014 demostró que las personas que forman una pareja son similares en su composición genética, o sea, tienen genomas (totalidad de los genes) parecidos. La conclusión surgió de analizar a 1650 personas, que incluía a 825 parejas casadas en Estados Unidos que habían nacido entre 1920 y 1970.
¿Dónde vamos sin deseo, sin esas ganas de coger al otro en el rellano y no dar importancia a qué hay que hacer para comer, ni qué escribir en la lista de la compra? Las parejas se desean o hacen por mantener la llama, aunque sea unas pequeñas ascuas, pero algo tiene que arder.