Unos hablan de imperdonable error; otros, de ilegalidad manifiesta y muchos no ven tras la decisión de Sánchez más que una salva enviada en señal de autoridad y mando en plaza al otro lado de Despeñaperros. Todo, como decía una de las mejores cabezas pensantes del PSOE, para ser "el líder de la nada" porque la senda por la que transita hoy el socialismo les llevará en noviembre, de no corregir el rumbo, "a los 60 escaños".