La falta de pedidos y la cancelación de parte del contrato pendiente con Emirates llevan a la compañía a aparcar el avión comercial más grande del mundo.
Es un mastodonte, capaz de llevar 336 pasajeros en vuelos de largo alcance, pero que se despega del suelo como si fuera una pluma al viento. Impresionante.
Tiene la mirada oblicua de las personas tímidas, ésas que andan por la vida esperando una excusa para compartir sus aventuras. Y lo cierto es que este hombre tiene muchas historias, y muy buenas, que contar. Historias de ciencia, del futuro de nuestro planeta y de nuestro porvenir fuera de él.