Ha sido una fuente de inspiración para la cultura popular, apareciendo en libros, películas y videojuegos que exploran su atmósfera inquietante y su historia trágica.
"Estos principios no van en detrimento de nadie y benefician a todos. Evitar un accidente nuclear es posible", dice el organismo de la ONU a Kiev y Moscú.
Nuevos estudios reducen el temible impacto de la radiación en los humanos mientras las autoridades intentan redefinir el lugar como monumento y meca turística.
Lo único que rodea a los edificios abandonados es el silencio: una muñeca rota por aquí, un mueble ruinoso por allá, un buzón oxidado colgando de un tocón. La ciudad fantasma tiene un nuevo amo: la naturaleza, que se ha adueñado de la ciudad, reclamando su territorio. Los árboles crecen atravesando ventanas rotas y el musgo sale entre las grietas del asfalto.
Naoto Kan era el primer ministro de Japón el 11 de marzo de 2011, cuando ocurrió el accidente de Fukushima. Kan era partidario de la energía nuclear, pero cambió su opinión tras el accidente. Nos lo contaba a bordo del Rainbow Warrior, donde le recibimos durante la travesía que realizó el barco de Greenpeace navegando frente a la central nuclear.