Este adolescente necesita hacer una llamada, pero en vez usar su propio móvil aprovecha la ocasión para aprender una forma diferente que era totalmente habitual hace unas décadas y que muchas personas aún siguen usando, un teléfono fijo. Este además es un modelo rotativo donde no se pulsan los botones. Por lo tanto, tuvo que tirar de la ayuda de un experto: su abuelo.