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Pesadilla en la Carrera de San Jerónimo
Un mantra me vuelve tras cada pequeña entrevista: vamos a votar otra vez y la mayoría absoluta del Pp está cantada. Levanto la vista y, en el horizonte hermoso del atardecer de verano de esa calle, sólo veo cuatro años más de Don Mariano sin paliativos y la gente de izquierdas juntando rencor porque, pudiendo, nadie consiguió nada para nosotros.
"Quien tira barro, pierde terreno"
Mariano Rajoy, un típico político de provincias, más de treinta años aislado dentro del coche oficial, de repente se encuentra con que sus estadísticas, sus presuntos logros en la legislatura, su habilidad retórica en la tribuna... no le sirven para nada. No le hacen caso. Tanto barro ha lanzado, a diestra y siniestra, que se ha quedado sin terreno.
Elogio de la inestabilidad
La inestabilidad política que se vive actualmente en España no tiene por qué ser tan negativa como se cree. De hecho, si los dirigentes saben responder al reto con altura de miras, es posible que la nueva situación, más que una fuente de males, sea un principio de solución a problemas que venimos padeciendo por décadas. La búsqueda de mayorías absolutas en todos los ámbitos ha favorecido los monopolios de poder y, con ello, la impunidad y la corrupción.