Día Mundial del Agua
Este jueves, 22 de marzo, se ha conmemorado el Día Mundial del Agua. Hace dos días era el Día Internacional de la Felicidad y también el Día Mundíal sin Carne y hace unas semanas el Día de la Mujer. Y te preguntarás para qué sirve la celebración de todos estos Días Internacionales...
En primer lugar surgen derivados de problemas mundiales existentes, y con el objetivo de concienciar, sensibilizar y llamar la atención para que exijamos a nuestros gobiernos y estados a que actúen y tomen medidas. Son promovidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas, la cual además de señalar estos días, suele hacer una descripción de la situación y dar recomendaciones para mejorar y solucionarla.
La verdad que existen tantos problemas que podríamos estar reivindicando casi todos los días del año... Pero hoy nos centraremos en el agua. Las Naciones Unidas se han impuesto este año el objetivo de concienciar y garantizar la disponibilidad de agua y su gestión de una forma sostenible.
Y es que el agua es vida, nos hidrata, nos desitoxica y nos da energía. Todos necesitamos agua, para beber, para lavarnos, para disfrutar, para cultivar, para crecer. La pobreza, el crecimiento económico, la sostenibilidad y nuestra salud dependen del agua.
Durante mis meses en Cambodia, pude experimentar en primera mano lo que es vivir sin agua corriente. En el colegio donde hacía el voluntariado teníamos el lujo de disponer de agua corriente, la cual se filtraba a través de un filtro que estaba enchufado a la corriente eléctrica. A veces sufríamos apagones que podían durar días, y cuando eso sucedía nos quedábamos sin agua pues el filtro no iba. Es entonces cuando casi con vergüenza teníamos que acudir a nuestros vecinos, ellos no tenían agua corriente ni luz eléctrica, pero ahi estábamos nosotros pidiéndoles que nos prestasen agua, la cual era recolectada de las lluvias en unos gigantescos tanques de barro que todos tenían en el patio de sus casas.
Nunca olvidaré las duchas que me di a base de cubazos en la parte trasera de la casa, en el patio; y recuerdo también otro día, con agua de la lluvia que caía directamente por una de las tuberías, esta podríamos decir que era lo mejor, pues al final la tubería hacía de alcachofa de ducha, solo que el agua salía con muchísima presión y fría, ¡casi de dejarte la piel morada! En situaciones así es cuando realmente te das cuenta y valoras el lujo de tener una ducha de agua caliente.
En el pueblo se hizo un estudio para ver las principales preocupaciones de los habitantes. El acceso a agua limpia, el disponer de baños y el acceso a la sanidad fueron los que más se repitieron. Así fue como comenzó todo un proyecto del que me siento orgullosa haber participado.
Junto con otra organización especializada en el tratamiento del agua limpia y colaboraciones privadas, conseguimos poder ofrecer a las familias unos filtros de cerámica hechos a base de arroz y arcilla. Estos filtros permitían disponer de agua limpia apta para el consumo humano, podrían beberla, usarla para cocinar, beber y lavarse los dientes por ejemplo, mejorando así los standares de vida. A las familias se les pedía una pequeña contribución de dos dólares con el fin de darles un sentido de propiedad sobre los filtros y que no fuese solo caridad, además debían atender una clase formativa para que aprendiesen el uso correcto y conservación de los filtros. El proyecto fue todo un éxito y más de cuarenta familias disponen ahora de estos filtros.
El propósito de todo este rollo que os acabo de contar es que, aquellos que tenemos acceso a agua potable, que podemos disfrutar de ella cuando queremos y que no corremos los riesgos de enfrentarnos a unas aguas contaminadas, seamos más conscientes del bien tan valioso que tenemos y lo afortunados que somos. Intentemos no desperdiciar agua poniendo tropecientas lavadoras al día, dejando el grifo abierto mientras nos lavamos los dientes o mientras fregamos, recoge el agua de la lluvia y úsala para regar las plantas, date duchas en vez de baños... todo simple gesto, por pequeño que sea contribuye a una utilización del agua más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
¡Feliz Día Mundial del Agua!