Carta abierta a Pablo Iglesias
Permíteme Pablo tutearte para que estas palabras sean cercanas. Permíteme que, como mujer trans superviviente del régimen fascista, activista por los Derechos Humanos de las personas trans, feminista y anticapitalista, te robe un minuto para leer esta carta, aunque la misma necesite más tiempo para la reflexión y toma en consideración de lo que te quiero decir.
El régimen del dictador se supo armar bien de herramientas para castigar, no sólo las contestaciones políticas, sino también y con la misma crueldad, a las personas disidentes sexuales o de expresión de género. Para ello, la alianza entre la moral, la medicina y la justicia fue la que validó que fuésemos considerados delincuentes, enfermos e inmorales: una demonización para "justificar" las prácticas represivas del genocida.
Del colectivo hoy denominado bajo el acrónimo usado a partir de los 90, LGTBI, las personas trans fuimos las peor tratadas. Reprimidas por un régimen incapaz de distinguir orientación de identidad, para la dictadura todos éramos "maricones". Era la visibilidad de las mujeres trans la que nos hacía diana de todas las "bofetadas" durante el franquismo. Esa misma visibilidad que, con valentía, nos situó a la cabecera de las primeras manifestaciones celebradas en España contra las leyes represivas y por la libertad sexual.
Sin embargo, las personas trans hemos sido el último colectivo en salir de la dictadura. La primera ley de reconocimiento de derechos para la comunidad trans no llegó hasta el año 2007, 29 años después de que se aprobase la Constitución. Una ley que después de tarde, nació con fecha de caducidad. Porque los requisitos que exige para el cambio registral de nombre y sexo, no sólo excluye a los menores, dejándolos en un desamparo legal, sino que vulnera nuestro derecho a la dignidad, intimidad, honor y propia imagen. Además, contraviene varias resoluciones y directivas europeas que abogan por un trámite que no excluya a nadie por razón de edad y que no exija ningún informe médico ni judicial para reconocernos como sujetos de derecho.
Las marchas del Orgullo LGTBI son en la actualidad un desfile centrado en los gais masculinos, donde a las personas trans nos han hecho desaparecer como protagonistas y sujetos políticos que abrimos las grandes avenidas de la libertad por donde hoy transitan gais, bisexuales y lesbianas. Las mujeres trans fuimos las grandes castigadas de la dictadura y hemos sido las grandes olvidadas de la democracia.
Las personas trans hemos sufrido un apartheid social, laboral, afectivo, político y médico. Somos las más "nadies" de los "nadies", las castigadas entre los castigados, las humilladas entre los humillados y, en el franquismo y la Transición, fuimos lo peor de lo peor entre los presos sociales.
Por ello Pablo, tu proyecto político para nosoTrans es una esperanza, la luz en la oscuridad y la fuerza que puede subvertir esta anacrónica e inhumana situación. Todavía a día de hoy, después de más de 40 años, las personas trans somos discriminadas en el ámbito educativo, excluidas del mercado laboral, tratadas como enfermas mentales y hasta se nos niega la práctica del deporte en el género que sentimos.
En definitiva, necesitamos que el proyecto de Ley sobre la protección jurídica de las personas trans y el derecho a la libre determinación de la identidad sexual y expresión de género, que celebramos de forma masiva y sin igual cuando se registró en el Congreso de los Diputados el pasado 23 de febrero, no duerma más en un cajón. No nos podéis fallar, nuestro anhelo de igualdad, nuestra esperanza de ser iguales en derechos, no puede esperar un día más. Es urgente que el Grupo Confederal Unidos Podemos la lleve al Pleno para su trámite.
Cada día que pasa, un joven trans puede quitarse la vida. Cada día que pasa, en muchas comunidades del Estado español nos siguen tratando como enfermos mentales para acceder a los tratamientos médicos. Cada día que pasa, los menores trans siguen sin un protocolo educativo que les proteja del acoso y les garantice sus identidades. Cada día que pasa se suma a los 40 años de democracia que aún no ha llegado para nosoTrans.
Por eso, te ruego que no nos olvidéis y escribáis junto a nosoTrans la fecha en la que se nos abrirán las puertas de la democracia, haciendo de este un país más digno para todas.