¿Y si tratáramos a nuestros hijos igual que a nuestras hijas?
Ven conmigo. Abramos la puerta a un universo paralelo con la llave de la imaginación. Las reglas en este mundo paralelo son diferentes porque se han intercambiado los roles de género. Durante el viaje observaremos, a través de los ojos de una madre, la infancia de su hijo nacido en esta realidad alternativa.
Ven conmigo. Abramos la puerta a un universo paralelo. Abrámosla con la llave de la imaginación, como decían en La dimensión desconocida. Las reglas en este mundo paralelo son diferentes porque se han intercambiado los roles de género. Aquí, padres y profesores, siempre llenos de amor, consideran esta extraña cultura como algo aceptable, puede que incluso beneficiosa. Como si la otra cara de esta cultura sólo pudiera existir en las mentes de los escritores de ciencia ficción o en las de los lunáticos.
Durante nuestro viaje observaremos, a través de los ojos de una madre, la infancia de su hijo nacido en esta realidad alternativa:
En el útero: Estás celebrando el nacimiento de tu bebé y todo el mundo sabe desde hace tiempo que va a ser niño. Después de haber tenido primero una niña, es maravilloso saber que por fin vas a tener un niño precioso. Recibes regalos cuidadosamente seleccionados para ensalzar el sexo de tu hijo. El favorito de todos es un body blanco pequeñito con letras en azul claro que dicen "Futuro Marido Buenorro". Piensas por un breve instante que es un poco extraño, incluso inapropiado, pero como todas tus amigas piensan que es mono, pues seguramente lo sea.
Nacimiento: ¡Por fin ha nacido! Le has llamado Logan; es un niño sano de casi 4 kilos y con las mejillas sonrosadas. Cuando llega el momento de llevarlo a casa, te despides de esas enfermeras tan habilidosas y pacientes, que han cuidado tantísimo de ti y de tu bebé, y una de ellas te dice: "Es guapísimo. Seguro que de mayor va a ser modelo".
1 año: ¡El primer cumpleaños de Logan! No quieres que la fiesta sea muy grande ni muy cara, así que sólo vienen familia y un par de amigos. La abuela trae un pastel del supermercado. Tiene un glaseado azul con una corona encima que dice "Para el Príncipe Cumpleañero".
2 años: Este año Navidad es sinónimo de muchos regalos y a Logan le divierte más jugar con el papel de envolver y con los lazos que con los juguetes que vienen dentro, como pasa con la mayoría de los bebés de su edad. Le hacen un montón de regalos espléndidos. Hay un set de instrumentos musicales, todos en azul claro. Hay una caja especial de construcción Lego Duplo, todo en plástico azul. Hay una camisetita azul que dice "Soy demasiado guapo para leer libros, mi hermana los lee por mí". Logan todavía no sabe leer y no entiende lo que pone, pero todos los adultos se ríen, así que él se ríe también.
3 años: Logan es un parvulito con mucha energía. Le gusta correr por toda la casa y se escucha el golpeteo de sus zapatitos de vestir contra el suelo de madera. De vez en cuando se resbala por culpa del suelo y cae con gracia sobre su culete, pero se levanta en seguida como si no hubiera pasado nada. Fuera hay unos columpios nuevos. Le encanta correr tobogán arriba, pero no es nada fácil con las suelas lisas de sus zapatitos. Cuando va al colegio y los lleva puestos, los maestros se dan cuenta de que le resulta difícil correr y escalar como hacen las chicas, pero la verdad es que no pueden parar de admirar lo guapo que está el nene con sus zapatos.
4 años: Ahora que Logan está en preescolar le ha dado por los juegos imaginarios. Es adorable verle jugar con los demás chicos y hacer cosas de chicos. Tiene un horno azul brillante, una aspiradora azul clara y el indispensable Lego Friends: La Casa de Oliver, una casa enorme con un montón de colegas Lego azules y morados con los que ir juntos al spa, a centros comerciales o a tiendas de animales. Justo al lado de la Casa de Oliver hay un cubo lleno de muñecos muy a la moda, todos muy masculinos, con ojos sensuales, morritos apretados y ropa ajustada y sexy. Y es que los chicos tienen claro lo que son. ¡Son chicos! No pueden andar por ahí jugando a ser médicos o con coches de juguete y juegos de mesa de colores. Eso son cosas de chicas y se compran en la sección de chicas.
5 años: El tiempo vuela y ahora Logan ha pasado preescolar. En el primer día de cole su profe hace muchas preguntas a los niños para poder conocerlos mejor. ¿Quién tiene una mascota en casa? Y los niños charlan sobre perros, gatos, peces de colores y hámsteres. ¿Y cuál es vuestro color favorito? ¡Verde! ¡Rojo! ¡Negro! ¡Amarillo! ¡Rosa! ¡Marrón! ¡Naranja!, gritan las niñas. ¡Azul! gritan todos los niños, excepto uno que dice ¡Morado! A ninguna chica le gusta el azul o el morado. También te das cuenta de esto y piensas que es un poco raro, pero cuando se lo mencionas a una amiga, te dice que es natural en los nenes y que, después de todo, está muy bien que los chicos hagan cosas de chicos.
6 años: ¡Logan está aprendiendo a leer! Hay muchísimos libros en la clase, pero a él le atraen de forma natural los libros sobre príncipes. Muchos días incluso lleva a clase su vestido de Príncipe Encantador y ni siquiera lo ensucia. Logan sueña despierto con crecer y hacerse rico y vivir en un castillo, casado con una preciosa princesa. A ti te parece estupendo que esté aprendiendo las cualidades propias de un príncipe: la caballerosidad, el buen cuidado personal y el gusto por las exquisiteces de la vida. Aunque es verdad que desearías que le gustaran los libros de ciencias, así que le regalas un libro titulado El Príncipe astronauta. En la cubierta tiene una ilustración encantadora sobre un astronauta con un traje espacial azul claro brillante con la insignia de una corona en el centro del pecho. ¡Qué bien que Logan pueda leer sobre ser un príncipe y también un astronauta!
8 años: A los de la clase de tercero les han puesto una tarea corta y sencilla. Logan tiene que escribir sobre qué "objetivo" tiene en la vida. Está indeciso: quiere ser presidente pero también quiere ser un príncipe. Así que escribe sobre los dos. Se le ocurre que tal vez pueda ser un príncipe que también sea presidente y que pueda llevar en el Palacio Presidencial sus calzas ajustadas y una corona incrustada de joyas. De todas formas, esta "fase príncipe" se le pasa rápido; cuando encuentra su antigua tarea, te informa de que "eso de los príncipes es cosa de bebés. Ya no quiero ser príncipe". Tú sugieres que todavía puede seguir siendo presidente, pero él te corrige diciendo "que no, mamá, quiero ser un cantante famoso o un modelo o una estrella de cine... como todos los chicos".
11 años: ¡La secundaria! Un mundo completamente nuevo, con clases diferentes, maestros diferentes y chicos que parecen haber cambiado muchísimo durante el verano. Algunas veces Logan se hace el tonto para gustar a las chicas. Siente la presión de sentirse integrado. Quiere vestirse como lo hacen los demás chicos, con una ropa que tú y su padre pensáis que es un poco demasiado ceñida y que va enseñando un poco demasiado. Logan se da cuenta de lo sexy que parecen todos los chicos en televisión, así que, como también quiere ser sexy, se remanga los bajos de sus pantalones cortos turquesa, para que estén todavía más cortos, con la esperanza de que no le llamen la atención por romper el código de vestimenta. Se ha hecho todo un experto en mirar a su alrededor con aire despreocupado mientras camina por el pasillo, asegurándose de que las chicas estén admirando su cuerpo.
14 años: Logan lleva ya varios años jugando al fútbol, pero de repente lo deja. Cuando está compitiendo se pone a sudar, se le estropea el peinado y no le gusta cómo se le ven las piernas al correr. Sabe que podría haber chicas observándole y le da demasiada vergüenza que le vean así. Pero no pasa nada. Tiene muchos amigos que también han decidido que el deporte les hace parecer brutos, así que ahora todos se dedican a animar a las chicas y a ver sus partidos desde los laterales del campo.
17 años: Es hora de buscar una universidad. A Logan le entusiasma este nuevo capítulo en su vida. Le gustaría entrar en alguna ingeniería, y tal vez lo conseguiría, aunque sabe que es un mundo de mujeres y que tendría que trabajar el doble para que medio reconocieran su trabajo. Tendrá que enfrentarse a mucho sexismo y a acoso sexual en el trabajo. Le pagarán menos que a las mujeres, porque todos saben que ellas son mejores en ciencias por naturaleza. En el fondo, Logan se pregunta si puede ser guapo, sexy y también ingeniero químico y si, cuando llegue el día, será capaz de mantener el equilibrio entre la familia y un trabajo como este. Tú le dices que no haga caso a todos esos estereotipos de los medios de comunicación, que los hombres pueden hacer todo lo que hagan las mujeres.
23 años: Logan es ya un adulto en su último año de universidad y está empezando a hacer entrevistas de trabajo para cuando se haya graduado. Siempre viste bien en sus entrevistas, llevando ropa que estiliza su figura, a la vez le hace parecer profesional y atractivo. Mientras se abre camino entre las calles de la ciudad con la esperanza de que le pongan en contacto con un futuro lleno de felicidad y éxito, pasa al lado de vallas publicitarias y carteles en autobuses que muestran hombres en tanga con cuerpos perfectos de Photoshop. Apenas los mira. Se está preparando mentalmente para una entrevista inminente, anda por la acera absorto en sus pensamientos. "¡Sonríe un poco, hombre!", le grita una mujer. "¡Que estás más guapo cuando sonríes!".
Aquí vamos a dejar la historia de Logan -es tan buen momento como otro cualquiera- y le deseamos toda la suerte del mundo. Gracias por seguirme en este extravagante viaje. Ya puedes volver al mundo que conoces, ese mundo que tanto necesita un cambio.
Lory Day es psicopedagoga, asesora y coach familiar en Lori Day Consulting en Newburyport, Massachusetts. Es autora de 'Her Next Chapter', donde explica, según su experiencia personal y profesional, los beneficios que el club de lectura de madres e hijas aporta a las chicas para sobrevivir a unos medios de comunicación malintencionados, a las relaciones peligrosas, a los cotilleos, etc., además de tratar el tema de educar a chicas seguras de sí mismas en una cultura de marketing que no favorece su empoderamiento. Puedes contactar con Lori vía Facebook, Twitter y en Pinterest.
Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Diego Jurado.