Adiós al hotel de 3 estrellas: consternación entre expertos sobre a dónde irás a partir de ahora
Se está produciendo una especie de "polarización" en lo que buscan ahora los turistas.
El sector hotelero está cambiando, y los grandes perjudicados son los hoteles de tres estrellas. Se está produciendo una especie de "polarización" en lo que buscan ahora los turistas. Por un lado están quienes apuestan por los hoteles de lujo, que ofrecen mejores calidades y servicios y, por otro lado, están los que optan por la experiencia de destino, que buscan una habitación cómoda pero más asequible y bien ubicada para moverse con facilidad por las ciudades, según explica a El Mundo Juan Garnica, director ejecutivo de la división de hoteles en Savills.
Entre estos últimos ganan terreno los llamados hoteles budget, los hoteles limited services y los hoteles low cost, un segmento que según Javier Pet, fundador de Javier Pet Hospitality Advisors, está experimentando un notable crecimiento. Estos alojamientos, en mayor o menor medida, ofrecen zonas comunes más ajustadas, habitaciones más pequeñas en las que dormir unas horas, localizaciones céntricas y precios más económicos.
De esta forma, los hoteles de tres estrellas se han quedado en el limbo entre uno y otro extremo. "Se están quedando un poco huérfanos, casi en tierra de nadie", explica gráficamente Gonzalo Gutiérrez, managing director de Hoteles en la consultora Colliers, según el mismo medio.
En los últimos ejercicios, el experto señala que una parte de los inversores ha apostado por adquirir activos de tres y cuatro estrellas para rehabilitarlos, reformarlos y elevarlos a categorías superiores con los que atraer a otro perfil de visitantes. Sólo en el primer semestre del año, uno de cada tres euros invertidos en hoteles va destinado al segmento de lujo
En este escenario, ¿a dónde van ahora los clientes que se alojaban en los hoteles de tres estrellas? Según Gutiérrez, hay una parte de ellos que puede pagar un precio más alto por un hotel de más calidad y lo paga, y hay otra parte que no se lo puede permitir y opta por buscar otro destino, dentro o fuera de España, con precios más baratos. "No se pierde negocio porque esos usuarios se han visto reemplazados por turistas de mayor calidad", asegura.