Un estudio reciente deja al descubierto el beneficio escondido en la mente al pagar con dinero en metálico
En España, cada vez se emplea menos.
Antes de pandemia su uso estaba más que extendido, pero, tras ella, aún más. El empleo de tarjetas o de métodos de pago alejados del dinero en metálico es cada vez más común. Así lo sostienen datos del Banco de España, que reflejan que en el segundo de semestre de 2023 los pagos con tarjeta "representaron el 65% del número total de pagos efectuados con instrumentos distintos del efectivo".
Desde el portal web de actualidad en portugués ZAP Notícias, han recogido algunos de los efectos psicológicos de seguir pagando en efectivo. Lo han hecho citando al estudio que publicó el pasado mes de octubre Qualitative Market Research.
Destacan que pagar en efectivo supone una respuesta con una carga emocional mayor que el resto de métodos. Lo que suele ocurrir es que nos cuesta más ver salir de nuestra cartera un billete de 20 euros, por ejemplo, que poner la tarjeta en el datáfono.
El estudio que citan desde ZAP Notícias lo ejecutaron desde la Universidad de Surrey. Duró un total de dos décadas y fueron objeto de estudio personas de dos continentes. Aquellos participantes que habían pagado con dinero en metálico hablaban de una mayor sensación de pérdida que los que se decantaban por los métodos digitales.
Acerca de las tendencias en lo que a métodos de pago de refiere en España, la XIII Edición del informe de Tendencias en Medios de Pago destaca que "la tarjeta de pago a supera al efectivo en los puntos de vista presenciales". Y lo mismo ocurre, según este documento, en Chile, Brasil y Reino Unido.
El mismo texto apunta que, de los distintos métodos de pago digitales que existen, tanto en España como en Italia el sistema más extendido es la tarjeta de débito. Una tendencia que choca con la del resto de países que han sido objeto de este estudio, que prefieren pagar directamente desde su cuenta.