Silvio Berlusconi y Mediaset: el imperio que llevó el populismo a la televisión
El que fuera primer ministro italiano ha fallecido este lunes, pero su legado sigue palpable en la pantalla.
Silvio Berlusconi pasará a la historia por haber sido tres veces primer ministro de Italia y contribuir a la espectacularización de la política, pero también por haber cambiado la televisión dentro y fuera de su país.
El empresario se aprovechó de su imperio televisivo, concentrado en el grupo Mediaset, para lanzar su carrera política, pero es un secreto a voces que se metió en política para protegerse a sí mismo y a sus empresas, que comenzó a levantar en los setenta.
Cuando Berlusconi empezó en televisión estaba prohibido que las televisiones privadas emitieran en ámbito nacional, solo podían hacerlo los canales de la RAI, la cadena pública. El magnate empezó comprando pequeños canales locales como Telemilano o Canale 5, hasta que consiguió una red que emitía por toda Italia rivalizando con la televisión pública.
En 1990, el gobierno de su amigo Bettino Craxi aprueba una ley que permite definitivamente emitir a las televisiones privadas a nivel nacional por lo que los canales de Berlusconi se convierten en la única alternativa a la RAI. Es también en ese momento cuando compra Telecinco y empieza a importar a España lo que llevaba haciendo hasta entonces en Italia.
Entretenimiento, fútbol y machismo en 'prime time'
Berlusconi basó toda la programación de sus canales en torno al entretenimiento: telenovelas, fútbol o concursos fueron fundamentales en la expansión y el éxito de Mediaset en Italia. En todos los canales de la cadena había una figura fundamental: la de la velina, es decir, una especie de showgirl.
En algunos programas iban directamente en bikini o enseñando carne como las Mama Chicho, que la corporación importó para Telecinco. En otros, ejercían y ejercen meramente de azafatas o mujeres florero junto al presentador masculino, algo que todavía es habitual ver en la televisión de la familia Berlusconi.
El magnate y su equipo fueron los primeros en apostar por la telerrealidad, que en España se materializó en Gran Hermano. Fue lo que se conoce como el nacimiento de la telebasura, donde se exponían los trapos sucios de concursantes, colaboradores y tertulianos. Cuanto más morbo y desenfreno, mejor.
A pesar de que la base de su televisión es el entretenimiento, Berlusconi dejó hueco a los informativos y a la política, pero siempre con un tono populista y esa espectacularización que cimentó su llegada al poder. Durante sus años como primer ministro, el magnate consiguió meter mano en la cadena pública, por lo que controlaba prácticamente todas las televisiones de Italia.
¿Su legado? Nuevas generaciones "menos inteligentes"
En 2019, un grupo de investigadores concluyó que el éxito de Mediaset en Italia había propiciado el "impulso a los candidatos populistas que vendían mensajes simples y respuestas fáciles". "La televisión que no habla explícitamente de política puede tener un efecto en la política", aseguró la investigación recogida por The Washington Post.
Ruben Durante, uno de los investigadores y miembro de la Universidad Pompeu Fabra, analizó el impacto que tenía en los niños haber visto la programación de Mediaset en su infancia. Según Durante crecieron "con un menor desarrollo cognitivo y menos cívicos" que otros niños de su edad que en esa época solo tenían acceso a la televisión pública.
El estudio también ha añadido que en 2012 se hicieron una serie de pruebas a un grupo de adultos en zonas donde estuvieron expuestos a Mediaset desde antes de cumplir diez años. Los resultados mostraron que eran peores en matemáticas y lectura que compañeros de otras zonas donde el imperio de Berlusconi tardó más en llegar. Además, también estaban menos politizados.