Sin presión y a tu ritmo: cómo recuperar la vida sexual después del parto
Intentar forzarse para que todo vuelva a ser como antes es la peor idea.
La preparación al parto es un momento crucial para cualquier mujer que va a dar a luz, pero no todas son conscientes del torbellino emocional que llega con el posparto, especialmente aquellas que son primerizas. El cuerpo cambia, una persona pasa a depender por completo de ti y el baile de hormonas puede provocar que muchas mujeres atraviesen momentos de tristeza, agobio o incluso desapego hacia el bebé.
En esa ecuación, retomar la vida sexual después del parto se ha cuesta arriba para muchas mujeres, generándoles presión o malestar por no llevar la vida de antes. Según las expertas, no hablar del tema puede suponer que algunas mujeres se sientan como bichos raros, cuando la realidad es que son miles las que pasan por lo mismo.
“Creo que se habla poco, que se habla mal y que muchas mujeres sí que son conscientes de todos esos cambios. Su cuerpo y sus hormonas están del revés, pero que aún así se siguen forzando a mantener el mismo tipo de vida sexual que llevaban antes. Y ahí es donde viene el problema. No respetamos a nuestro cuerpo, a nuestro ritmo ni nada”, denuncia Ana Lombardía, experta en bienestar y salud sexual de We-Vibe.
Para ella, hay que tener en cuenta que tras dar a luz hay “una personita” que requiere atención, tiempo y cuidados, por lo que pretender que la vida sexual o el deseo no cambie es una forma de forzarse a avanzar más rápido de lo necesario. “Se tiene esa presión muchas veces por cumplir con la pareja, por satisfacerla, por darle placer y no nos permitimos vivir esta nueva etapa”, asgura la sexóloga.
“El posparto inmediato es una etapa de la que apenas hablamos como sociedad. Sigue teniendo ese tinte de oscurantismo en el que todo es opaco. Las mujeres aún tienen miedo de expresar cómo se sienten en esos meses, donde la sociedad les infiere que todo tiene que ser positivo, deben ser inmensamente felices y por supuesto retomar cuanto antes todas sus facetas productivas. La erótica también”, explica por su parte la sexóloga y terapeuta de pareja Elena Requena, que recuerda que es una etapa en la que los cuerpos de las mujeres están “cansados”.
La sexóloga recuerda que todos los factores que cambian durante el posparto, desde la privación del sueño hasta la disminución de la lubricación, “tienen que ir ajustándose poco a poco” hasta poder ir recuperando la normalidad. “De todo esto se habla muy poco, o directamente no se habla”, insiste Requena.
Lo primero: dejar de sentirse mal
Tanto para Lombardía como para Requena, habría que dejar de asumir que después de la cuarentena, los 40 días después del parto, se puede retomar la vida sexual como antes. “Esto va dirigido a la recuperación física de la vagina tras el parto. Pero claro, eso es la parte física, luego la parte psicológica y emocional tiene otros tiempos, otros plazos y depende mucho de cada mujer, de su estilo de vida, de su forma de maternidad y de lo que duerma o no duerma el bebé”, recuerda Lombardía.
La sexóloga señala que “todo el estilo de vida cambia por completo”, especialmente si estás dando lactancia materna al bebé. “También depende del apoyo que tengas de tu pareja y de tu entorno. Esos cuarenta días son un periodo de tiempo ínfimo para recuperarse a nivel emocional. Si es que igual ni te has enterado y puedes pensar, ‘¿de verdad han pasado 40 días?”, señala.
Por su parte Requena explica que las mujeres “ven un cambio en su deseo y en su cuerpo”, por lo que en ocasiones el sexo, especialmente la penetración, pasa a un segundo plano para priorizar cosas como el cuidado del bebé. “Esto genera mucha culpa en ocasiones en la mujer, que unido al momento tan intenso y especial del puerperio, hacen que sientan verdadero malestar”, se lamenta la sexóloga.
“Cada mujer es un mundo, pero nuestras hormonas están puestas en el bebé, la oxitocina que es la hormona del amor, del apego, va dirigida hacia el bebé y eso está bien y nos tenemos que permitir disfrutar de ese vínculo”, defiende Ana Lombardía, que anima a que cada mujer se recupere a su ritmo y sin presiones.
Cómo recuperar poco a poco la vida sexual
A la hora de intentar recuperar el deseo y la vida sexual, Lombardía da un primer consejo: “La culpa, para las cosas malas”. “Entiendo que muchas veces queremos complacer a la pareja, queremos que todo sea como antes, pero tenemos que ser realistas y aceptar la nueva situación. Es muy normal y es algo que le pasa a todas las mujeres, no es algo malo, que se lo permitan”, insiste la sexóloga. La experta insiste en que “forzarse a tener relaciones sexuales o tener relaciones sexuales porque toca lo único que va a hacer es empeorar la situación”.
“Al final vas a tener sexo sin que te apetezca, sin ganas, te vas a estar forzando, no lo vas a disfrutar, te va a doler porque no tienes ganas y por tanto el sexo se va a convertir en un problema cuando no tendría que serlo. Muchas veces es mejor aceptar el nuevo tipo de sexualidad que te apetece”, explica Lombardía, que pone de ejemplo el pecho como una zona en la que los cambios son evidentes. “Muchas veces cuando estás lactando deja de tener una connotación erótica, es con lo que alimentas a tu bebé, y eso también te lo tienes que permitir y asumir que eso en ese momento tiene otra connotación y tu vida sexual es de otra manera”, insiste.
Requena, que recuerda que “no hay fórmulas magistrales para todos” porque cada relación es distinta, también hace hincapié en los cambios en el cuerpo de la mujer. “A muchas mujeres les cuesta mirar sus genitales tras dar a luz, por ejemplo”, señala la sexóloga. "Cada persona tiene unos tiempos, y en ellos todo entra dentro de lo normal. Tanto si retomamos nuestros encuentros a las dos semanas, como al año de dar a luz”, añade la experta, que señala que quizás en un primer momento el sexo esté más marcado por “la ternura” que por la pasión.
“Antes de ponerse a recuperar la vida sexual, que se pongan a recuperar su vida individual, su rol de mujer, porque a veces nos quedamos en el rol de soy mamá y ya no soy mujer, ya no soy pareja, ya no soy novia de nadie, entonces, recuperar el rol de mujer”, aconseja Ana Lombardía. Eso pasa por sacar “tiempo para una misma” ya sea, según la sexóloga, para cuidarse, descansar, ver la tele, leerse un libro o pintarse las uñas. “Desde ahí recuperar un poco eso y empezar a sentirte mujer y desde ahí puedes ir recuperando tu vida sexual. No forzarnos y decir ‘tengo que echar un polvo’, pero si no tienes tiempo ni para darte una ducha”, apunta.
El papel de las parejas
“Les diría que observen y pregunten qué necesitan o qué les apetece a sus parejas”, explica Requena sobre el papel de las parejas. “Habrá mujeres que no quieran tener una relación con penetración, pero que igual les apetece mucho un masaje o que les acaricien. Aprender a mirar nuestra erótica como un abanico mucho más amplio, hará que acercarnos a nuestras parejas sea mucho más estimulante”, apunta la sexóloga, que también señala que hacerse cargo de las cuestiones de la casa puede aliviar “la carga mental”.
Requena señala que ese alivio puede ser “un gran estímulo” para que entren en juego otras actividades, algo que no solo se puede aplicar al periodo del posparto, sino a cualquier otro momento de la relación. “Lo que tiene que hacer la pareja es adaptarse. Ojo que cuando la pareja, por ejemplo lo típico, una pareja masculina, si el padre también pasa la noche sin dormir, se involucra en los cuidados, se encarga de las comidas... pues él también va a desear otro tipo de sexualidad”, apunta Ana Lombardía.
“Si el padre se va a trabajar y no hace mucho más, pues seguirá en otro mood, en otro rol. Pero si el padre se involucra también, lo normal es que su sexualidad también cambie y le apetezca más esa parte más afectiva y menos genital”, añade Lombardía, que insiste en que no se puede generalizar, pero que tradicionalmente la mujer se ha ocupado más de los cuidados y el hogar. “Cuando ella se coge la baja de maternidad y él no, pues no nota tanta diferencia. Pero si te has ido por la mañana y vuelves a las siete de la tarde pues durante tu día el bebé ese casi no existe y cuando llegas está ahí pero lo que te apetece es ver a tu mujer y echar un polvo. Pero claro tu mujer lleva doce horas cuidando de un bebé, cambiando pañales, sin dormir, escuchando llantos y son moods totalmente distintos. La pareja puede estar muy desalineada en este aspecto”, concluye la sexóloga.