Planificar el sexo: ¿clave para recuperar el deseo o más presión?
Algunos expertos recomiendan reservar un hueco para el placer en la agenda como forma de recuperar el deseo.
Mantener la llama del deseo viva no siempre es fácil. El estrés, la rutina, el trabajo, las preocupaciones o los niños son algunos de los motivos que pueden pasar factura a la vida sexual de algunas parejas. En estos casos, los expertos han recomendado todo tipo de prácticas para avivar la llama y, en los últimos meses, está cobrando protagonismo la idea de planificar el sexo para evitar que el deseo se resienta.
“Cuando tenemos la cabeza repleta de tareas, ocupaciones, trabajo, niños y todo lo que es la carga mental, que no es tanto el hacer, sino el pensar y el planificar, pues obviamente algo tiene que salir de esa mente. Y la carga mental es algo que afecta muchísimo a las mujeres y a su deseo, rotundamente”, defiende la sexóloga y enfermera especialista en ginecología y obstetricia Laura Cámara, que recuerda que el deseo tiene una parte importante de “pensar y fantasear”.
Es una idea con la que coincide la sexóloga y experta en terapia de pareja Elena Requena, que cree que el ritmo de vida que llevamos pasa inevitablemente factura a muchas personas. “Hace que los encuentros con nuestras parejas muchas veces se den de forma atropellada, con prisas, o a veces con una sensación subyacente de que es lo que toca, por ser fin de semana, por ejemplo”, reflexiona la experta, que defiende la idea de planificar encuentros.
“Esta idea puede parecernos aburrida o darle un tinte de obligación o de una cosa más en nuestra agenda. Pero cuando llevamos tiempo con nuestra pareja, muchas veces, la relaciones sexuales, nuestra erótica, pasa a un segundo plano, en favor de nuestros deberes diarios. Además, cuando tenemos pareja estable hay cierta sensación de seguridad al respecto. Es decir, nos asegura tener un compañero o compañera para el momento en el que nos apetezca tener relaciones. Y eso nos hace relajarnos”, explica Requena.
Cámara también defiende en su libro Desearte la idea de planificar aunque “esté muy mal visto”. “Tenemos como muy idealizadas, porque también lo hemos aprendido así, que las relaciones sexuales tienen que surgir y ser algo relacionado con la pasión, que no lo estaba pensando pero oye, surge... y algunas veces puede ser así en algunos momentos de nuestra vida, o con algunas parejas concretas, o en unos momentos de la relación, pero en otros muchos tenemos que ser conscientes de que, o bien planificamos estos ratitos de autocuidado en pareja o la vida va muy rápido y no nos da tiempo a nada”, señala la sexóloga.
“Cuando priorizamos todo lo demás menos esto, se queda en el fondo del cajón. Planificar ratitos de intimidad en pareja, de ocio, de autocuidado, de mimos, de incluso sexo es imprescindible, y esto no está reñido con que esto sea de calidad. Planificación no quiere decir aburrimiento y monotonía, quiere decir que nos dedicamos tiempo y que este tiempo lo tenemos que buscar”, defiende Cámara.
Para la sexóloga Laura Marcilla, “planificar puede ser bueno si hablamos de parejas de largo recorrido” que han visto cómo su vida sexual se ha resentido por el trabajo o la rutina y ya no tienen ese pico de deseo. Sin embargo, la experta no apoya ser demasiado estrictos a la hora de reservar un momento para el sexo.
“Es bueno buscar espacios donde pueda surgir la intimidad, pero decir ‘este sábado a las 9 toca’, pues igual es contraproducente”, apunta la sexóloga. “En los días anteriores o en las horas previas puedes estar ya pensando en eso y agobiarte, puede ser que cuando llegue ese momento no te apetezca...”, reflexiona Marcilla sobre los peligros de presionarse por cumplir en ese hueco que se había reservado para el sexo. “Puede generarse una situación de compromiso, de hacerlo por la pareja”, añade.
Elena Requena recuerda que cada persona y cada relación son diferentes, por lo que no hay una receta secreta que funcione para todos. “Como en todos los ámbitos de pareja habrá fórmulas que funcionen más para unas personas que para otras. Habrá gente que no quiera hablar ni de lejos de este tipo de planificación, y es totalmente válido. Cuando una pareja funciona y es feliz con una determinada forma, no hay más que hablar. Son sus códigos, su relación y sus encuentros”, señala.
De hecho, la sexóloga cree que en algunos casos la espera puede ser un componente para que aumenten las ganas. “Planificar hace que esperemos el encuentro con curiosidad y nos anticipamos a lo que pueda ocurrir. No hay nada que erotice más en el mundo que la espera”, destaca.
Reservar tiempo para la intimidad
Aunque sea sin ser estrictos, Marcilla sí invita a hacer un esfuerzo para que el sexo forme parte de la rutina de pareja. “Igual que se dedica espacio para las tareas de la casa, para cocinar, para ver a los amigos o para ir al gimnasio, pues hay que reservar un espacio para la intimidad”, asegura.
La sexóloga explica que hay que intentar que en esa intimidad surja el deseo a través de caricias, besos y un clima de desconexión de las prisas del día a día, pero sin castigarse si el deseo o las ganas no a aparecen. “El deseo no es como un perrito, que puedes llamarlo y viene”, ejemplifica Marcilla recordando que el deseo no es un mecanismo automático.
“Lo más importante es la comunicación, hablar y transmitir el compromiso y las ganas de tener estos encuentros, de sacar un rato para la pareja. Poner una fecha concreta en el calendario, hacer algún plan que sea agradable o directamente tener relaciones, según apetezca”, recomienda Elena Requena para que cada pareja se adapte a sus gustoso necesidades.
Para la sexóloga estos encuentros planificados no son solo un momento para la pasión o el deseo, sino también para el autocuidado de la relación. “La idea de planificar estos encuentros puede ser una nueva manera de cuidarnos, tanto a la pareja, como a cada individuo que la conforma. Asegurando que este rato que hemos reservado sea para nosotros y nuestra pareja en exclusividad. Con la calma y el espacio que se merecen nuestros encuentros”, destaca.
“Aunque sea algo que nos parece novedoso, este tipo de planificación se ha dado a lo largo de diferentes culturas y diferentes épocas. Quizás volver a esta idea sea algo positivo y enriquecedor. Pararnos y celebrar el placer y amor con la persona que cada uno decidamos”, defiende Requena.