Una eminente neurocientífica alerta de la postura para dormir que nos hace pensar peor y amplifica nuestros problemas
Aunque también señala que, por la mañana, solemos relativizarlos.
La directora de investigación del laboratorio Nikara y cátedra extraordinaria de Mindfulness y ciencias cognitivas de la Universidad complutense de Madrid, Nazareth Castellanos, ha concedido una entrevista al portal Cuerpomente en la que ha hablado, con motivo de la publicación de su libro, de cómo la neurociencia afecta a todo el cuerpo.
Uno de los aspectos que ha tocado durante la conversación ha sido la postura corporal. En esta línea, ha explicado que, al estar tumbados "tenemos menos recursos neuronales, y entonces no solo pensamos peor, también amplificamos los problemas".
La experta ha asegurado al ya citado portal web que la forma en la que está colocado el cuerpo repercute en el proceso del pensamiento. Y, ha afirmado, "este es un ejemplo de cómo yo he incorporado el conocimiento de la neurociencia en mi día a día". Por eso, cuando quiere pensar, prefiere quedarse sentada, es decir, incorporada.
También ha indicado que, cuando estamos tumbados, si no podemos conciliar el sueño, es el momento en el que los pensamientos rumiantes se dan con mayor frecuencia. "En esta situación se activa, sobre todo, la red de saliencia en el cerebro, vinculada a la atención y también a otros procesos cognitivos", ha explicado Castellanos.
"En esas noches de mucho diálogo interno espontáneo, de mucha rumiación, que casi se torna en obsesiva y muy emocional, se percibe todo como muy amplificado", ha apostillado, antes de concluir que, más tarde, una vez llegado el día, es habitual que lo relativicemos y revisemos las decisiones que habíamos tomado.