Un cardiólogo vuela por los aires todas las teorías del colesterol bueno y malo
"En un contexto de salud óptima, ambos son necesarios”.

Todos lo tenemos interiorizado: hay un colesterol bueno, colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), así conocido porque ayuda a eliminar el colesterol del torrente sanguíneo; y un colesterol malo, lipoproteínas de baja densidad en inglés (LDL), porque un nivel alto lleva a una acumulación de colesterol en las arterias.
El cardiólogo y experto José Abellán, en una entrevista en La Vanguardia, ha querida matizar esta clasificación tan difundida "porque el colesterol solo es una sustancia y no hay ninguna diferencia, no hay diversos tipos”.
En ambos casos estamos hablando de los transportadores del colesterol: el LDL forma parte de las placas de ateroma, aunque dichas placas contienen otros componentes, y son el origen de la enfermedad cardiovascular. Por otro lado el HDL, que en realidad es el que transporta el colesterol hasta el hígado para que lo elimine, no tiene nada que ver con la enfermedad cardiovascular. “Ambos, por tanto, en un contexto de salud óptima, son necesarios”, concluye el cardiólogo, pero lo cierto es que un aumento en la cantidad de colesterol, sobre todo los no HDL, incrementa el riesgo de sufrir infarto de corazón y enfermedad cardiovascular.
Según el especialista, los tres factores que determinan la concentración de colesterol en el organismo son: la genética, la alimentación y la actividad física. Concluyendo: seguir una dieta sana y equilibrada, y evitar el sedentarismo son fundamentales para mantenerlo a raya.