En Francia tiemblan con lo que se encontró un okupa español al forzar la puerta del piso de una abuela centenaria
Lo vivido en el apartamento dejó boquiabiertos a los residentes.

Un suceso terrorífico ha tenido lugar en un apartamento de Marbella, en Málaga. El suceso ha sido tan llamativo y estremecedor que incluso en Francia se han hecho eco de lo ocurrido, en concreto el medio 20Minutes, diario que recoge en su web lo ocurrido.
Todo se remonta a la pasada semana, cuando un hombre forzó la puerta de una casa en el municipio marbellí con la intención de okuparla y entrar con su hija menor de 11 años. Sin embargo, ocurrió algo que alertó de forma inesperada a este hombre: un cuerpo.
Ante este escenario, el padre y su hija alertaron a los vecinos de lo que había en la vivienda, según informó Diario Sur. Rápidamente salieron al rellano e informaron de lo ocurrido a todos los vecinos, que a su vez, llamaron a la policía.
A los pocos minutos, varios efectivos del cuerpo policial se personaron en la casa, donde corroboraron que se trataba del cuerpo de la anterior residente, que había fallecido como mínimo, hacía una década, según informaron los forenses.
Ante la extrema situación de encontrar un cuerpo reducido a huesos, se abrió una investigación para esclarecer los hechos, aunque para la policía resulta extremadamente extraño que ningún vecino se diera cuenta en más de 10 años de que allí yacía un cadáver.
Tras los primeros análisis y pruebas, los forenses aseguraron que la víctima llevaría muerta entre 10 y 14 años, y el piso permanece intacto, prácticamente igual que cuando allí vivía la señora fallecida, que ahora tendría 100 años, según los informes forenses.
Entre las teorías que maneja la policía para dar explicación a que ningún vecino alertara de lo ocurrido, sostienen que al tratarse de una mujer viuda, que no tendría más familia, nadie habría denunciado su desaparición.
Además, indican que al tratarse de un edificio en el que hay numerosas rotaciones de residentes se da el caso de que, algunas de las personas que vivieron allí, ya no lo hagan. Esto junto a que las ventanas del piso permanecieron abiertas durante más de 10 años provocó que el olor del cadáver no se extendiera por el resto del edificio.