Qué es el empaquetado genérico que quiere implementarse con el Plan Integral del Tabaquismo
Es una de las medidas que el Ministerio de Sanidad plantea para reducir el consumo de estos productos en nuestro país y ya se ha puesto en marcha en otros como Australia, Reino Unido o Francia.
El Ministerio de Sanidad ha aprobado este viernes el nuevo Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, que contempla 150 propuestas para combatir el consumo de los productos de tabaco en nuestro país. Entre las medidas planteadas se encuentra la equiparación de la legislación para los productos del tabaco, el aumento de los lugares "de uso público o colectivo" en los que se prohíban los cigarros o el empaquetado genérico de las cajetillas.
Precisamente, esta última medida -la del empaquetado genérico- es una de las que más ruido está haciendo. Y es que se trata de una propuesta no muy bien recibida por el sector tabacalero y que, además, se ha puesto ya en marcha en otros países y su resultado no ha sido muy esperanzador.
Qué es el empaquetado genérico
El empaquetado genérico supone la desaparición de las marcas en las cajetillas, de modo que no se reconozca visualmente ninguna seña de identidad de la compañía tabacalera. Según la Organización Mundial de la Salud, esta política comprende "medidas para restringir o prohibir el uso de logotipos, colores, imágenes de marcas o información promocional en envases distintos de los nombres de marcas y de productos mostrados en un color y estilo de fuente estándar".
En los países en los que ya se ha implantado -Australia, Irlanda, Reino Unido o Francia, entre otros-, el empaquetado genérico se puso en marcha quitando todos los colores, logotipos y referencias de la marca de la cajetilla y añadiendo advertencias sanitarias en la mayor parte del envase. Estas advertencias incluyen imágenes en las que se ilustran los efectos que el tabaco causa en la salud de las personas, así como mensajes en los que se lee claramente el daño que causa fumar.
Las diferentes cajas de cigarrillos se distinguen entre ellas porque en una parte muy pequeña del envase se incluye la marca de la misma, sin logotipo, ni color característico ni cualquier otro tipo de iconografía característica y reconocible. Sin embargo, todavía no hay información específica al respecto de cómo se va a ejecutar esta propuesta en España.
Incremento del comercio ilícito en los países que se ha implantado
Australia se convirtió en 2012 en el primer país en implementar el empaquetado genérico del tabaco. Le siguieron Francia y Reino Unido en 2017; Nueva Zelanda, Noruega e Irlanda en 2018; Tailandia y Uruguay en 2019; Arabia Saudí, Eslovenia, Israel, Canadá, Singapur y Turquía en 2020; Países Bajos, Dinamarca, Bélgica y Myanmar en 2021; Mauricio en 2022; Finlandia en 2023; y Armenia 2024. Y, según lo acordado en el Plan Integral del Tabaquismo, España será la siguiente en unirse a este listado.
Sin embargo, esta medida no ha sido todo lo eficaz que se preveía. El problema principal que se deriva del empaquetado genérico es que la ausencia de logos y colores favorece la falsificación. Francia, por ejemplo, admitió a finales del año 2017 -apenas unos meses después de su implantación- que la política del empaquetado genérico había resultado un fracaso. La ministra de Sanidad aseguró durante un debate en la Asamblea Nacional francesa que el empaquetado genérico "no contribuyó al descenso de las ventas oficiales de tabaco", y admitió desconocer "si el empaquetado neutro ha sido eficaz para evitar que los jóvenes empiecen a fumar".
Además, como denuncia Andema (Asociación para la Defensa de la Marca), la indeferenciación del producto puede provocar que sea más sencillo de copiar, lo que facilita la falsificación y amplía la posibilidad del comercio ilegal. Y esto, a su vez, provoca la destrucción de empleo, pérdida de ventas, falta de inversión y menos recaudación. Aunque también es importante mencionar la falta de seguridad que genera, puesto que los productos falsificados no pasan por ningún control de calidad, ni tampoco recaudan impuestos para el estado.
El estudio anual de KPGM sobre consumo ilícito de cigarrillos en la UE, Reino Unido, Noruega, Suiza, Moldavia y Ucrania de 2022 da más datos a este respecto: en Australia, pionero en esta estrategia, el porcentaje de consumo ilícito aumentó un 47,6% en 2019 hasta situarse en el 20,7% del total. En Francia y Reino Unido ha sucedido lo mismo, el tabaco ilegal no ha parado de crecer alcanzando un 32% en Francia y un 21% en Reino Unido en 2023. Esto contrasta con otros países que no cuentan con esta medida, como Suecia donde el porcentaje del tabaco ilegal es del 7%, Alemania e Italia del 2% o Suiza del 1%.
Ineficacia en la reducción del consumo de tabaco
Del mismo modo, tampoco se ha demostrado en otros países que esta medida haya sido clave para la reducción de la prevalencia del consumo de tabaco entre la población. Según los datos del último Eurobarómetro sobre hábitos en términos de tabaco y sus alternativas, la prevalencia del consumo de tabaco diario ha ido reduciéndose de forma progresiva en las últimas décadas.
En Australia, por ejemplo, el descenso de la prevalencia del tabaquismo no se aceleró tras la implementación del empaquetado genérico, sino que se estancó. Entre los años 1993 y 2013 la bajada llevaba un ritmo de media de 1,7 puntos porcentuales cada 3 años, mientras que en los años siguientes a la introducción de esta medida se redujo la tendencia a una media de 0,7 puntos. Además, en este país el empaquetado genérico provocó otro efecto secundario: el trasvase de los fumadores a marcas más baratas hizo que aumentase el consumo de cigarrillos diarios por consumidor.
El caso de Reino Unido es similar al de Australia. La caída en la prevalencia del consumo de tabaco no aceleró la caída, sino que también se estancó. Además, en este caso particular el trasvase de consumidores a marcas más baratas se aceleró notablemente. Entre 2014 y 2016 el 62%-65% de las ventas de cigarrillos procedían de marcas de bajo precio, cifra que aumentó hasta el 72% en el año 2020.
En Francia no es que el descenso de la prevalencia se estancase, sino que se produjo todo lo contrario. Según los datos publicados por el eurobarómetro, publicado justo 3 años después de la implementación de esta medida (2020), la prevalencia del tabaquismo aumento en 1,5 puntos porcentuales con respecto al año anterior. Pero el fracaso se vio venir nada más ponerse en marcha: en los primeros meses la tasa de fumadores jóvenes pasó de un 23,6% a principios de 2015 a un 24,4% a finales de 2017.