Mayores de 50 y adictos al alcohol ganan presencia en las asistencias de Proyecto Hombre
El perfil general de la persona que atienden sigue siendo el de un varón de 40 años con empleo y soltero, que acude por adicción a la cocaína.
Mayores de 50 años y adictos al alcohol es un perfil que gana presencia en la asociación Proyecto Hombre, donde se observa un aumento de la edad de las personas atendidas debido al envejecimiento de la población y a la cronicidad de adicciones como el alcohol, cuyo consumo se banaliza por ser una droga socialmente aceptada.
Según el Informe 2022 del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción, presentado este jueves, la edad de las personas atendidas ha crecido cuatro años en la última década, al pasar de los 36 años de media en 2013 a los 40 el año pasado.
El informe, realizado sobre una muestra de 3.596 personas usuarias en 2022 de algunos de los 28 centros de Proyecto Hombre, revela que los mayores de 50, adictos al alcohol suponen ya el 18,5%, dos puntos más que un año antes. Además, se aprecia un sensible descenso de hombres que piden ayuda frente a un ligero aumento de las mujeres.
No obstante, el perfil general de la persona que atiende Proyecto Hombre sigue siendo el de un varón, de 40 años, con empleo (al menos en los últimos tres años) y soltero, que acude por adicción a la cocaína en primer lugar (38,3%) y el alcohol, en segundo, con el 37,4%.
Sobre las mujeres que buscan ayuda, se observa una prevalencia, respecto a los varones, de trastornos psicológicos o psiquiátricos derivados de la adicción, e incluso ideación y tentativas suicidas.
Por franja de edad, el grueso de quienes piden ayuda (29,1%) son usuarios entre los 34 y 41 años si bien es relevante el aumento de población que requirió tratamiento con edades superiores a los 42 años, que sube casi tres puntos en comparación con la muestra del año anterior.
El 43% ha tenido ideación suicida y un 26% lo ha intentado
El informe subraya la importante relación entre abuso de sustancias y problemas de salud mental.
Entre la población que acude a tratamiento a Proyecto Hombre, se observa una elevada comorbilidad entre la adicción y trastornos psiquiátricos, con una mayor prevalencia en las mujeres, prácticamente el doble que en varones.
Más de la mitad de los atendidos manifiestan haber experimentado problemas psicológicos y emocionales así como depresión severa. Un 43,4% revela haber tenido ideación suicida y un 26,3% haber llegado a la tentativa.
El 34% afirma padecer algún problema médico que interfiere en su vida cotidiana, siendo la incidencia las mujeres diez puntos superior a la de los varones.
Este patrón se repite en cuanto a la toma de medicación regular por prescripción médica, también mas elevada en mujeres que en hombres.
El informe también desvela que la fuente principal de ingresos de la persona que inicia tratamiento es el trabajo, seguido de ayudas de familiares o amigos y ayudas sociales, pensiones o desempleo.
Los problemas de adicción alcanzan a todos los niveles de estudio, ya que un 42,6% ha finalizado la secundaria y un 10% cuenta con estudios universitarios. Por tanto, el nivel de estudios reglados no es un factor determinante en el tema de las adicciones.
Por estado civil, dominan las personas solteras (59%) y en el caso de mayores de 50 años, un 23,5% manifiesta "estar solos", no contar con red de apoyo y vivir en una soledad no deseada.
Cocaína y alcohol, las dos sustancias que acaparan los tratamientos
Como en años anteriores, las principales sustancias que generan la mayoría de las demandas de tratamiento entre las personas que ingresan en Proyecto Hombre son la cocaína (38,3%) y el alcohol (37,4%), sumando ambas el 75% de los ingresos y seguidas a distancia por el cannabis (6,5%).
Atendiendo al sexo, hay una ligera diferencia. Para ellas la sustancia principal de consumo problemático es el alcohol (47,3%) frente al 28,1% que consume principalmente cocaína, con una ligera tendencia ascendente.
Para los hombres, la cocaína es la principal fuente de consumo para el 40,5%, seguido del alcohol, un 35,3%.
Respecto al cannabis y los alucinógenos, el consumo en mayor en hombres mientras que ellas se decantan más por ansiolíticos como las benzodiacepinas.
En cuanto a la heroína, el consumo es estable desde 2018 con un 3% en hombres y 2,5 en mujeres.
La edad de inicio al consumo se mantiene en los 16 años para el alcohol en cualquier dosis y el cannabis, y en 20,7 años para la cocaína.
Con estos datos, desde Proyecto Hombre inciden en la importancia del ámbito sociofamiliar, en la inclusión desde la perspectiva de género, la inserción laboral y el apoyo médico, psicológico y psiquiátrico que facilite la acceso y la continuidad de los tratamientos.