"Masculinidad tóxica": Macron se bebe una cerveza de un trago y desata la polémica en Francia
Un presidente, la celebración de un título de rugby, una Coronita, 17 segundos, ni un respiro y toda una oleada de debate, entre la crítica y el aplauso, al mandatario galo.
¿De qué hablan hoy nuestros vecinos de Francia? De su presidente, Emmanuel Macron, pero no por la reforma de las pensiones, sus atranques con los sindicatos o las apreturas parlamentarias, sino porque se ha bebido una cerveza. El cómo es la clave. Y todo eso es también política.
Al mandatario liberal se le ha grabado tomando una cerveza de un trago y eso ha generado una gran polémica en el país. Macron se encontraba en los vestuarios de un estadio, celebrando el título nacional de liga logrado por el equipo de rugby de Touluse, cuando le ofrecieron una Coronita (conocida como Corona en Francia y otros países centroeuropeos) y él se, jaleado por los deportistas, se la tomó en apenas 17 segundos, de un trago.
El vídeo, difundido en las redes sociales y emitido en los informativos de la televisión francesa, muestra al mandatario en el Stade de France de Saint-Denis, en un ambiente festivo, instado a beber por los ganadores de la liga. Macron no se echa atrás. Cuando acaba, el cuerpo técnico y los jugadores lo aplauden y le lanzan vítores por su proeza.
El centrista es un buen aficionado a los deportes y suele visitar los vestuarios de los equipos franceses y de las selecciones, como ya hizo durante la final del Mundial de Fútbol de Qatar, cuando se le grabó emocionado en un discurso de ánimo a los suyos, que habían perdido contra Argentina.
Pero ¿qué supone el gesto de Macron? ¿Pura camaradecía, alegría desatada, un gesto simpático, una tradición? ¿O es machista, bravucón, retrógrado, un derrape propio de gallitos que compiten entre sudor y alcohol? Hay opiniones para todos los gustos en las redes y en las tertulias, que echan humo. "Masculinidad tóxica en el liderazgo político en una imagen", escribió por ejemplo en Twitter la diputada ecologista Sandrine Rousseau.
Por su parte, el diputado oficialista Jean-René Cazeneuve defendió no obstante que se trata simplemente de un "presidente compartiendo la alegría de 23 jugadores y participando en sus tradiciones".
Más allá de que le gusten los deportes, Macron necesita relanzar su mandato y su imagen, en mínimos, después de la polémica reforma de las pensiones por decreto. Apenas ha gastado un año de esta nueva legislatura y se encuentra desfondado, por lo que está recurriendo a gestos populares para ganar confianza y afectos, desde recorrer el país para anunciar una especie de diálogo nacional hasta confraternizar en un vestuario.
Pero hay asociaciones y especialistas en la lucha contra las adicciones a los que ese bajar a la calle no les cuadra, entienden que un presidente debe "dar ejemplo con un comportamiento saludable", y no bebiendo alcohol de una forma poco prudente. Según el ministerio de Salud en una nota de 2021, el consumo de alcohol está vinculado a la muerte de casi 49.000 personas al año, indica Vocento.