Los expertos revelan los siete beneficios y un inconveniente de la mejor postura para dormir
Dormir las horas pertinentes al final del día es igual de importante que cuidar nuestra alimentación o que hacer deporte.
Uno de los factores más importantes de cara a cuidar nuestra salud es tener un buen hábito de sueño. Dormir las horas pertinentes al final del día es igual de importante que cuidar nuestra alimentación o que hacer deporte.
Cada cual adopta la postura que le es más cómoda para dormir, pero hay una que los expertos consideran que es mejor. Así lo recoge el periódico Noticias de Navarra. La posición es acostado y, en concreto, sobre el lado izquierdo.
Esta, según el rotativo, presenta varios beneficios en distintas partes del organismo, estos son algunos:
- En la columna vertebral. Al dormir en esta postura, la espalda queda más alineada, por lo que es más sana para la columna vertebral.
- En el corazón. Al dormir recostados sobre el lado izquierdo, el corazón bombea la sangre con mayor facilidad.
- Reduciendo los ronquidos. La postura en cuestión también contribuye a que las vías respiratorias queden abiertas. De esta manera, disminuyen los ronquidos.
- A la circulación. Cuando nos quedamos acostados sobre el lado izquierdo ninguno de los órganos de nuestro organismo presiona la vena aorta. Así, la sangre con oxígeno circula de manera más óptima por el sistema circulatorio.
- Al drenaje linfático. Como el bazo se encuentra en el lado izquierdo del cuerpo, todo el material de desecho que va por el sistema linfático se termina filtrando mejor en esta postura y, por tanto, la eliminación de los mismos es más eficaz.
-En el cerebro. Otro de los beneficios de dormir en esta posición es que facilita el proceso de drenaje linfático. De esta manera, los desechos del sistema nervioso se eliminan de manera más óptima, se producirá una oxigenación general en el organismo y, al levantarte, la sensación será de estar despejado.
- A la digestión. Con esta posición, los ácidos que se encuentran en el estómago no suben hacia la boca, evitando, así, los reflujos, las malas digestiones y la acidez.
Ahora bien, esta posición también tiene un inconveniente. Y es que, a pesar de todos los beneficios que tiene, puede hacer que se ejerza presión sobre las extremidades, haciendo que los músculos y los nervios sufran estrés. Pero se puede solucionar de manera muy simple: colocando una almohada entre las dos rodillas.