El 'snack' con casi más probióticos que un yogur
Se aconseja a niños, ancianos y cualquier persona que esté tomando antibióticos.
A estas alturas todos sabemos lo importante que son los probióticos, esos microorganismos vivos que mantienen saludable nuestra flora intestinal y, en general, de todo nuestro organismo.
Hasta ahora pensábamos que el yogur era la fuente por excelencia de probióticos, además del kéfir, el chucrut o la kombucha... Pero a esa lista hemos de añadir otro tipo de alimento, muy español, y que suele formar parte de nuestro aperitivo: los encurtidos.
Diferentes estudios han demostrado que, entre otras propiedades nutricionales, tienen una acción desintoxicante, favorecen la digestión, tienen un aporte elevado de vitamina C y ácido fólico, y son una fuente muy potente de probióticos.
Los encurtidos —pepinillos, aceitunas, alcaparras, cebolletas, rabanitos...— son verduras que se sumergen en una solución de sal para su conservación y que fermentan dando lugar a la multiplicación, sobre todo, de lactobacilus, bacterias que impiden la proliferación de microorganismos dañinos para nuestro organismo e incrementan la producción de inmunoglobulinas, los anticuerpos que contrarrestan los parásitos y alergias.
"El consumo habitual de encurtidos asociados al refuerzo de la inmunidad, crea una barrera determinante en el control de los microorganismos patógenos, responsables de infecciones y trastornos gastrointestinales. Ante los evidentes beneficios orgánicos de los pepinillos se aconseja su consumo, en particular, entre los niños y ancianos o cualquier persona que esté tomando antibióticos, dado que estos combaten todo tipo de bacterias, incluidas las bacterias beneficiosas del intestino (bífidus y lactobacilus)", afirma Patricia Restrepo, directora del Instituto Macrobiótico de España, en un blog titulado Pickles, encurtidos o fermentos, refuerzo de la inmunidad.