El alimento que todos comemos muchas veces a la semana y que casi nadie sabe que contiene insectos
Lo que parece inofensivo puede llevar una sorpresa inesperada en su interior.
El yogur, consumido a diario por millones de personas por sus beneficios probióticos y su capacidad para equilibrar la flora intestinal, es un alimento básico en muchas dietas. Sin embargo, lo que pocos saben es que algunos, especialmente los que contienen frutas o tienen colores intensos, pueden incluir un ingrediente sorprendente: insectos.
Este detalle pasa desapercibido para la mayoría de los consumidores, pero está presente en muchos productos gracias al aditivo E120, el código que identifica los colorantes rojo cochinilla, ácido carmínico y carmines, usados para dar a los alimentos un intenso tono rojo y que, como explica el Instituto Nervi, proviene de un pequeño insecto: la cochinilla. Para obtener el colorante se necesitan unos 80.000 ejemplares hembra, que se secan y después se procesan para conseguir un kilo de pigmento.
El uso de este colorante en los yogures de fresa o de frutos rojos plantea cuestiones no solo sobre el desconocimiento de los consumidores, sino también sobre la transparencia en el etiquetado de los productos. Aunque el E120 está autorizado para su uso en la industria alimentaria, algunos consumidores pueden preferir evitar este tipo de aditivos.
Es por esto que leer las etiquetas y verificar los ingredientes se vuelve fundamental para quienes buscan estar bien informados sobre lo que comen. Al mismo tiempo, se abre un debate sobre la necesidad de que la industria sea más clara en la comunicación de estos ingredientes “ocultos” que terminan en los productos más comunes en nuestra mesa.