Dejé el café una semana y lo remplacé por esta moderna bebida: mi estómago me lo agradeció
Una persona hace el experimento de reemplazarlo por una bebida de moda y quedó gratamente sorprendida de los efectos sobre su organismo.
Una persona adicta al café Linnea Mannen explica en una revista finlandesa su experiencia pormenorizada al hacer la prueba de sustituir durante siete días el café por el té verde matcha japonés, una bebida de moda. Y lo ha contado luego en una web especializada de su país en la que escribe.
El primer día lo que le llama la atención es, según dice es que “el matcha es terriblemente caro”. Un paquete pequeño de 50 gramos le cuesta unos 10 euros. Se recomienda poner unos 5 gramos de polvo en una dosis, por lo que el frasco se le va a agotar en menos de un par de semanas. “Investigué los efectos del matcha en la salud y la nutricionista Ursula Schwab, que ha estudiado los efectos del café en la salud, no se atreve a predecir lo que sucederá en mi experimento con la bebida”. Y añadió que, además, la experta resaltó que los efectos del café afectan a cada persona de forma diferente.
Según la nutricionista consultada, “las diferencias individuales son realmente grandes cuando dejas de tomar café. Puede haber efectos sobre el funcionamiento del estómago, por ejemplo, la acidez de estómago puede disminuir y el funcionamiento del estómago puede ralentizarse”.
Ese primer día, resalta Mannen, “te apetece tomar café desde la mañana”. “Además, el sabor y la apariencia del marcha son pobres. Si el verde fuera un sabor, sería este. Herbal, con garra, especiado. Todavía bebo teniendo en cuenta los efectos sobre la salud. Lo que ve positivo es el efecto tonificante del matcha no es tan fuerte como el del café, relata: “Y noto que me siento tranquilo y con energía al mismo tiempo”.
El segundo día sigue echándolo de menos, prepara una bebida de coco con café, si el dulzor ayuda a enmascarar el sabor herbáceo. “El resultado final tiene un sabor absolutamente horrible. Todavía estoy babeando por el café. Noto que el café tiene un gran significado meditativo por la mañana y el matcha no parece reemplazarlo”, asegura. En cuanto a lo positivo, resalta que su estómago está trabajando bien y se mantiene tranquila. El antojo por el café disminuye a las diez de la mañana, afirma.
El tercer día ya se ha acostumbrado a prepara el matcha y deja de soñar con el café. Cuenta que prepara el matcha hirviendo el agua, la vierte en una taza un rato y la deja enfriar un par de minutos. Hace espuma con leche de soja y vainilla tibia en otra taza y la coloca sobre el matcha, su experiencia gustativa mejora y su está tranquila durante todo el día. Por la noche, añade, se acuesta temprano, a las 9.00 de la noche y duerme muy bien.
El cuarto día, “el matcha todavía no sabe bien a menos que prepare la bebida con leche vegetal”. “Preparo mi segundo matcha latte del día por la tarde. Lo siente saludable y no siento acidez de estómago después del matcha”. Así que el cuarto día, la sensación es prácticamente la misma que la anterior, añade: “calma, estabilidad, sin dolores de cabeza ni de estómago”.
Y, finalmente, de los días quinto al séptimo, sigue la misma rutina y asegura: “Ya ni siquiera me apetece tomar el café de la mañana, probablemente porque al final de la semana volveré a tomarlo en un instante”.
Así que, concluye que lo mejor de esta experiencia es que “sintió el estómago un poco más tranquilo con el matcha que con el café, no tuvo acidez ni ruidos en el estómago”. “Y en el estado de ánimo noté una diferencia, el efecto es más suave que la cafeína. Los picos de cafeína en el café son más obvios, pero todavía los extraño un poco”, reconoce para finalizar.