¿Debemos alarmarnos en España por la mpox? ¿Se contagia sólo por vía sexual? La viruela del mono, explicada por un epidemiólogo
Entrevista con Daniel López Acuña exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la OMS.
Por segunda vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la mpox, nueva denominación oficial de la viruela del mono, como una emergencia de salud pública de alcance internacional. Esta enfermedad, causada por un ortopoxvirus, se describió por primera vez en humanos en la República Democrática de Congo en 1970. Tras el brote de 2022 —que se dio por terminado en mayo de 2023 por el descenso sostenido de los casos— despierta de nuevo preocupación tras el desencadenado ahora en África por una nueva variante.
"El recrudecimiento actual de la mpox en distintas zonas de África, junto con la propagación de una nueva cepa sexualmente transmisible del virus causante de la enfermedad, constituye una emergencia, no solo para África, sino para todo el planeta. La mpox no recibió la atención que se merecía en África, donde se originó, y más tarde provocó un brote mundial en 2022. Es hora de actuar con decisión para evitar que la historia se repita", afirmó el miércoles Dimie Ogoina, presidente del Comité de Emergencias del RSI del organismo internacional.
Por el momento, además de elevar el nivel de alarma, la OMS ha animado a los países a mejorar la vigilancia y a "compartir vacunas". El lunes 19 se reunirá el Comité de Seguridad Sanitaria de la Unión Europea y en España también tendrá lugar una reunión de un grupo técnico para abordar la situación. Un día después, el martes 20, Sanidad se sentará con las comunidades autónomas para debatir si se modifica alguna recomendación de vigilancia o vacunación.
Son muchas las dudas que este brote de mpox está suscitando, desde si debemos tener miedo a medidas como las que se tomaron con el covid, a si la vacuna es efectiva contra la nueva cepa. El epidemiólogo y exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la OMS Daniel López Acuña responde a todas ellas en conversación telefónica con El HuffPost:
¿Debemos estar alarmados en España?
"No", responde tajante el experto. "No debemos estar alarmados, debemos estar alerta, como tienen que estar alerta todos los países del mundo, porque lo que queremos evitar es que tengamos la situación que tuvimos en 2022, con un brote de viruela del mono que se extendió a 70 países y que en España, por ejemplo, dejó 7.000 casos", agrega.
Como puntualiza, "estamos ante un problema que sí tiene un riesgo epidémico" y recuerda que este mismo jueves se detectó el primer caso con la nueva variante en un país europeo, Suecia, "a consecuencia de una persona que viajó a una de las zonas infectadas".
"Lo que tenemos que hacer es extremar la vigilancia epidemiológica para detectar tempranamente cualquier caso y, enseguida, vacunar a sus contactos cercanos y aislar a esa persona por dos o tres semanas, mientras pueda transmitir la enfermedad. Esto es lo que nos permitió contener el brote anterior en España y en otros países europeos", indica.
¿Debemos temer un escenario como con el covid, con medidas sociales restrictivas?
De nuevo, responde con un "no". Como recuerda el epidemiólogo, el coronavirus se transmitía por aerosoles y gotículas, lo que afectaba "a toda la población indiscriminadamente".
La mpox, por el contrario, "afecta a grupos de alto riesgo" y "se transmite por contacto estrecho de persona a persona". "Lo que tenemos que evitar es que haya extensión o diseminación de la enfermedad", resalta.
"La alarma que supone la designación como emergencia sanitaria de carácter internacional por parte de la OMS ayuda a que los países estén al loro, hagan vigilancia epidemiológica y tengan una reserva estratégica de vacunas", aclara sobre la decisión del organismo. Esto se traduce en "mejorar la preparación, estar muy conscientes del problema, tener una noción de alerta, pero no estar alarmados porque vayamos a tener una pandemia masiva que afecte a toda la población a través de algo que se transmite por el aire".
¿Qué diferencia esta nueva variante de la anterior, de la que preocupó en 2022?
"Es una variante que tiene algunas modificaciones genéticas que la hace ser distinta", apunta López Acuña. "Está siendo más agresiva, más severa, más contagiosa y está teniendo una letalidad mayor", enumera.
Sobre la letalidad de esta enfermedad, indica que "por fortuna" no es tan elevada como la de otras enfermedades virales que se transmiten por contacto, como el ébola, "pero sí tiene una letalidad que puede alcanzar el 3%".
¿Es una enfermedad únicamente de transmisión sexual?
En redes sociales, muchas personas están dando por hecho que quien no tiene relaciones sexuales, no tiene riesgo de contraer mpox. "No, no es cierto. Eso es un gran bulo", desmiente el epidemiólogo, que resalta que "hacen mucho daño esas desinformaciones".
"Predominantemente se transmite a través de relaciones sexuales, pero una vez que la persona está infectada, si tiene contacto estrecho, como una caricia con una persona sana, sea niño, mujer, adulto, anciano, lo puede transmitir. Incluso se puede transmitir por toallas o sábanas que han sido infectadas por una persona afectada por la enfermedad", incide.
"Es muy importante entender que hay un alto riesgo de contagio por transmisión sexual, especialmente en hombres que tienen sexo con hombres, con múltiples compañeros sexuales y con sexo desprotegido, así fue el brote que vimos en 2022, pero una vez que una persona está contagiada, basta con que tenga un abrazo o una caricia con otra persona para que tenga el potencial de transmitirlo", añade.
¿Para esta nueva variante es efectiva la vacuna que se venía empleando?
"Sí", aclara. Como indica, la vacuna que se usa es una contra la viruela y que ha demostrado ser efectiva contra la mpox, incluida esta nueva variante.
"Lo que es muy importante entender es que no se trata de una vacuna que haya que aplicar a toda la población: hay que aplicarla a grupos de riesgo y a personas que están en contacto estrecho, o en el círculo familiar, y a los trabajadores sanitarios que tienen que atender estos problemas", apostilla López Acuña. "Es muy importante la vacuna, pero dirigida, selectiva, no masiva", resume.
"El gran problema que tenemos es que hay poca vacuna de ésta en el mundo", señala. De ahí que apueste por "usarla muy racionalmente" y siendo "solidarios con África, poniendo a su disposición vacunas para frenar la epidemia allí", puesto que es "la mejor manera de que frenemos la llegada de la enfermedad a Europa".
¿Existe un tratamiento para la mpox?
"Hay antivirales que pueden aminorar la sintomatología, pero no es, estrictamente hablando, un tratamiento", contesta el experto.
"La clave es que una persona afectada esté en condiciones de salud adecuadas, hidratada, que no tenga descompensaciones en sus sistemas metabólicos. Es un tratamiento, por decirlo así, sintomático, más que un tratamiento eficaz. No podemos decir que tengamos un antiviral que elimine el virus, sino un antiviral que reduce la sintomatología", prosigue.
¿Qué medidas podemos esperar de las administraciones en España?
"Podemos despejar del espectro el tema del confinamiento masivo de la población, porque no es una enfermedad que se transmita por vía aérea", enfatiza.
"Lo que las administraciones tienen que hacer es una vigilancia epidemiológica de casos, una detección y un rastreo de los contactos cercanos, el aislamiento de las personas que sí están infectadas para que no transmitan la enfermedad, y la vacunación de los contactos estrechos", expone López Acuña.
"Algo que también hay que señalar con toda claridad es la noción de que esto debe también controlarse a través de medidas extremas de vigilancia y control en aeropuertos. No tiene ningún sentido. Es algo que no tiene fundamento epidemiológico. Es una enfermedad que tiene un periodo de incubación de hasta 21 días. Puede haber muchas personas asintomáticas que han sido infectadas y que van a desarrollar la enfermedad más adelante y que nunca serían detectadas en ningún control aeroportuario", razona.