Siete lecciones de vida de 'Del Revés 2'
La segunda entrega de la película de Pixar, con nuevos personajes —Ansiedad, Envidia, Vergüenza y Ennui— llega a los cines este miércoles.
"Después de todo, Riley ya tiene 12 años. ¿Qué podría pasar?", dice una inocente Alegría en el final de Del Revés (Inside Out), ganadora del Oscar a la Mejor película de animación en 2015. La respuesta tiene forma de secuela y llega a los cines españoles este miércoles, después de convertirse en el segundo mejor estreno de una película de animación en Estados Unidos, sólo por detrás de Los increíbles 2.
En esta nueva entrega Pixar pone la mente de su protagonista patas arriba con la impetuosa llegada de la adolescencia y, con ella, cuatro nuevas emociones que se suman a Alegría, Ira, Miedo y Asco: Ansiedad, Envidia, Vergüenza y Ennui. Esta última es quizá la que más pueda extrañar, hasta que se lee cómo la definió el director de la cinta, Kelsey Mann: "Si alguna vez le preguntas a un adolescente cómo ha pasado el día y te responde con un 'bien', eso es Ennui".
Según cuenta el productor Mark Nielsen en las notas de la película, "Ansiedad ha formado parte de nuestra historia desde el principio, pero por el impacto que ha tenido los últimos años en todos nosotros, especialmente en los adolescentes, ahora parecía el momento adecuado para hablar de esta emoción en la historia".
Ella es la estrella en una película plagada de momentos que en realidad hablan de cómo somos y cómo nos convertimos en adultos:
🔥 OJO, SPOILERS 🔥: No queremos despertar a tu Ira, así que si aún no has visto la película, debes saber que a partir de este punto se desvelan algunos detalles de la trama.
1. La adolescencia llega como una bola de demolición
En Del Revés 2 no se andan con chiquitas a la hora de representar lo arrolladora que puede ser la irrupción de la adolescencia. Irrumpe como una alarma ensordecedora que aparece en la consola central del cerebro. Aunque Alegría la lanza hacia el Fondo de la mente, allá donde catapulta cualquier cosa desagradable, la pubertad regresa y a lo grande, en forma de bola de demolición. Con ella, aparecen unos caóticos obreros para reformar la consola y dar así cabida a las nuevas.
"Recuerdo que desde el principio investigué profundamente lo que sucede en nuestros cerebros a esa edad y eso desencadenó la idea de una bola de demolición que atraviesa la Sede: un grupo de trabajadores amontonando y derribándolo todo. Es como reformar una casa. Es lo que siente un adolescente en esa etapa de su vida. Es puro caos", explica el director, Kelsey Mann, en las notas.
Ese caos, entendido como desborde emocional, lo tratan con mucho tino cuando los personajes de la primera entrega manejan por primera vez los nuevos mandos. Ira, por ejemplo, "apenas" toca su botón, pero se traduce en todo un estallido adolescente de Riley contra su madre en el que cualquier espectador, padre o hijo, puede reconocerse.
2. Los amigos (y querer encajar) son lo más importante en esta etapa
Esa isla de la personalidad que representaba la familia en la primera entrega, tan importante para Riley, vuelve a aparecer en ésta. Está, pero allá a lo lejos, lejos, lejos, casi tapada por otra que se vuelve gigante: la de la amistad.
Socializar y sentir que se forma parte del grupo es vital en esta etapa y ahí reside el gran dilema de Riley de la película: mostrarse tal cual o renegar de su lado más infantil para ser aceptada por amigas nuevas y mayores.
3. Nos forma un amalgama de creencias, pero no todas son ciertas
Pensamientos como "soy buena persona" o "no soy suficiente" convertidos en brillantes hilos que vibran dentro de nosotros es la forma en la que la cinta muestra cómo se conforma nuestro autoconcepto.
"Hablamos de la idea de que las creencias nos ayudan a movernos por el mundo", señaló el director de fotografía Adam Habib, en la documentación. "Pero quizá algunas de nuestras creencias no nos estén ayudando realmente, o simplemente no sean ciertas. Creo que eso se aplica a niños y adultos. Y la historia sugiere que esas creencias evolucionan: no nos quedamos atrapados en ellas. Fue muy emocionante visualizar ese espacio y pensar en cómo sería crear una Creencia. Para nuestros personajes, el Sistema de Creencias es como un espacio sagrado".
4. Nuestra mente es especialista en dibujar todos los escenarios que jamás ocurrirán
En una de las escenas, Imaginalandia se convierte en una sala llena de cubículos de dibujantes que alimentan con sus escenas inventadas una sala de proyección de todo que podría pasar en el mundo real.
Ese cine representa a cualquiera: la mente humana es especialista en imaginarse miles de escenarios, especialmente negativos, de los cuales casi ninguno llegará a ser realidad. Ahí está Ansiedad en pleno apogeo, dirigiendo, con el objetivo de prepararnos para casi cualquier cosa.
5. Ansiedad no es mala, está para protegernos
Es una de las claras moralejas de la película. Como suelen recalcar los psicólogos, no hay emociones ni buenas ni malas, sino agradables o desagradables, y la ansiedad es un mecanismo adaptativo. El problema ocurre cuando se desborda.
Como recalcó la supervisora de la historia, McKenna Harris, a pesar de que Ansiedad es la antagonista, no es el enemigo: "Desde el principio siempre tuvimos muchas ganas de afrontar esa batalla contra el perfeccionismo a los que se enfrentan muchas chicas jóvenes y también todos nosotros".
"Nos pareció que la ansiedad no siempre es mala. Ayuda a encontrar sentido a nuestras vidas, así que en nuestra historia tratamos a Ansiedad con empatía y compasión para asegurarnos de que el personaje no sea el clásico 'malo' de la película. Ella quiere lo mejor para Riley", agregó.
6. Enviar lo desagradable al fondo de la mente no es una buena estrategia a largo plazo
Tapar pensamientos o emociones que nos hacen sentir incomodidad puede parecer que funciona en un primer momento, pero si algo aprende Alegría en esta cinta es que no se esfuman, sino que antes o después hay que afrontarlos o sentirlos. De ahí que deje esa frase que tanto golpea a los espectadores: “No sé cómo parar a Ansiedad. Quizá es lo que ocurre cuando creces: sientes menos Alegría”.
7. Hay que abrazar todas las emociones y transitarlas, aunque tengan aristas
El abrazo de las emociones en el final de Del Revés 2 no podría ser más simbólico. Ninguna trata de controlar a Riley, sino que se entrelazan y se aceptan unas a otras para atravesar la tormenta.
Bonus:
La película tiene una escena postcréditos, pero quizá no muchos se fijen en la dedicatoria del equipo de la película que aparece justo antes: "A nuestros hijos, os queremos tal y como sois".