Cariño: "Mientras ellos hablan de su álbum, nosotras hablamos de nuestra problemática"
Entrevista con el trío madrileño que presenta su tercer disco, 'Tanto por hacer'.
Con las consecuencias de una DANA histórica, que ha arrasado buena parte de la provincia de Valencia, localidades de Castilla-La Mancha y Andalucía, lanzar un disco parece una misión cuanto menos arriesgada, pero lo cierto es que los tiempos de la industria musical no siempre cuadran con lo que ocurra alrededor.
A Cariño, el trío madrileño compuesto por Alicia Ros (bajo y voz), Paola Rivero (guitarra) y María Talaverano (teclado y voz) les gustaría que este viernes 8 de noviembre cuando lanzan su tercer disco, Tanto por hacer (Sonido Muchacho), no fuera "el lugar equivocado y el momento inadecuado" de su tema El momento inadecuado.
Pero, aunque no sea el mejor timing, ya dejaron claro la semana pasada a través de sus redes sociales que no querían banalizar con la promoción en un momento tan delicado, pese a que han optado por no posponer el lanzamiento como sí han hecho otros como Quevedo, Dani Martín o Blackpanda.
"La música a veces alegra o acompaña en momentos en los que se está bajito y se está triste", apunta a El HuffPost Alicia Ros. "Creemos que no hay algo malo en publicar la música, lo que sí nos sentimos incómodas es animando o promocionando a la hora de decir ‘escuchadnos, venga’. No podemos tener esa actitud porque no nos sale en este momento. Estamos en un momento como sociedad muy tristes", añade.
Por su parte, Paola Rivero apunta que utilizaron las redes sociales para ese mensaje porque están cobrando un papel muy relevante a la hora de comunicarnos en esta tragedia: "Opacar un poco con nuestro álbum y nuestra promo era un poco egoísta. Queríamos dejar claro que no queremos frivolizar con la situación".
No hace falta recordar que a través de sus redes están visibilizando iniciativas para ayudar a los afectados de la DANA, participarán el próximo 11 de noviembre en un concierto parte de la iniciativa Som València en la Sala Copérnico de Madrid y están formando parte de un mercadillo benéfico a cargo de Sonido Muchacho. "Valencia siempre ha sido un sitio muy importante para nosotras", apunta Rivero.
Un disco para poner sobre la mesa las dos caras del mundo de la música
La portada de este Tanto por hacer sonará a los que pasen más tiempo delante de las pantallas. María, Alicia y Paola se han convertido en las protagonistas del "meme del autobús" que suele utilizarse para ironizar sobre las dos situaciones que pueden vivirse ante una misma realidad.
La idea era esa y sus letras lo dejan claro: la industria musical no es todo color de rosa. "Al principio tuvimos una reunión, prácticamente una sesión de terapia con los productores de cómo nos sentíamos y qué queríamos transmitir. Encontramos que había dos bloques: por un lado, que estábamos bien y que queríamos seguir haciendo música y por otro, había experiencias negativas que nos habían mostrado una cara no tan amable de este camino", relata Ros. "No queríamos obviarla tampoco porque ser artista tiene dos caras y justo el meme plasmaba cómo nos sentíamos en ese momento", añade.
Ellas no son las únicas que han puesto en los últimos meses sobre la mesa la presión de los artistas en la industria y las redes sociales. Carmen Boza anunció hace unas semanas su retirada de los escenarios por no aguantar el ritmo de presión y exposición, Quevedo anunció una retirada temporal aunque finalmente no duró ni un año y Chappell Roan canceló varios conciertos el pasado mes de septiembre por no poder aguantar la presión.
Ellas lo cantan en Nada importa tanto, donde aseguran "ni un examen ni un ascenso laboral vale más que un día a tu lado". "Fue un poco una obligación, de priorizar lo humano y nuestras relaciones a raíz que desde que empezamos el grupo que nos tuvimos que distanciar de nuestros seres queridos y nuestros amigos por trabajo, por estar mucho tiempo fuera tocando y siempre ha sido algo que nos ha pesado mucho", recuerda Rivero, quien destaca que esa canción surgió de abordar "lo importante son las relaciones, el amor a tus seres queridos, el amor visto desde ese punto".
"Igual no un amor tan romántico, tan intenso o tan tóxico como decíamos en Movidas, es un amor como más de relación, de comunidad, de priorizar y decir que no", señala. Para Ros esto es algo "generacional, que se está dando a nivel social": "Nosotras estamos llegando a esta conclusión en nuestra trayectoria, pero creo que en otras trayectorias también se llega a la misma conclusión de que debe haber un punto y aparte y debemos cambiar ciertas cosas en sociedad para cuidarnos más".
Sobre si las redes sociales distorsionan la realidad de los artistas, las tres artistas coinciden en que no son "superestrellas" pero Rivero admite que "en la industria musical se abusa mucho de la figura del artista y se separa poco de la vida".
"Para nosotras es imprescindible presentar que somos tres personas completamente normales que hacen música y que ese modo de endiosar a los artistas a nosotras no nos funciona", señala la guitarrista. Ros asegura que es fundamental encontrar la forma de dar voz a esos mensajes tanto en "el discurso artístico" como en las entrevistas que "sirven para poner el altavoz en esto".
"Es verdad que en redes sociales no vamos a grabar cuando nos estamos peleando y lo voy a subir o con alguien y tal, al final no publicas el lado malo y creemos que es importante y te llevan a un lugar que es donde nos ha llevado todo", señala.
Talaverano asegura que la fama no le ha acarreado tantos problemas o presiones en su día a día como a otros como Saiko o Bad Gyal, pero comparte su discurso: "Lo que dicen es que siempre tienes que estar bien para la gente y está bien, pero llega un momento que si estoy en la playa con mi novia y me pides una foto, tengo que hacerme 100".
"En ningún momento queremos decir que ‘es terrorífico’, somos unas privilegiadas por poder vivir de esto, pero nos sentimos también responsables de contar un poco toda la realidad", apostilla Rivero.
El concepto 'grupo de chicas', un arma de doble filo que se acuña como género en sí mismo
Las reivindicaciones de tener más presencia femenina en festivales siguen estando presentes, basta con ver el polémico cartel del Viña Rock para el próximo 2025 donde apenas se contaba con una mujer frente a 34 artistas masculinos. Cariño ha sido uno de los grupos que, como Hinds, Ginebras, Shego, Melenas o Las Odio han formado parte de esa mal llamada "ola de grupos femeninos".
Un concepto del que ellas mismas huyen y que piden limitar ya que poco tienen que ver entre sí a nivel de género musical o estilo ninguna de las bandas anteriormente mencionadas. "Al final 'grupo de chicas' se ha convertido en un género cuando al final en un grupo de chicos no comparas Vetusta Morla con Carolina Durante, nadie lo hace. Es una percepción que tenemos en la sociedad que tiene que cambiar, tiene que darse más importancia y más valor a la música que hacen las mujeres y que no sea un nicho", apunta la guitarrista.
"Queremos tener espacio en el que hablar de lo que hacemos, no es porque no queramos visibilizar sino porque queremos tener las mismas oportunidades que tienen bandas de hombres. Mientras ellos hacen entrevistas de su álbum, nosotras hablamos de nuestra problemática", explica Rivero.
Ros admite que el movimiento de "mujeres en la música" les ha dado "mucha visibilidad" y admite que por un lado "está bien", pero por otro puede ser un alma de doble filo. "Llega un punto que se convierte en discriminación positiva más que resta más que sumar. Por ejemplo, nosotras no queremos participar más en este tipo de listas ni de reportajes de ‘mujeres, hablad", añade.
De hecho, Ros recuerda que el tener nombres femeninos como el suyo sirve incluso para cubrir una cuota en festivales. "Lo decimos siempre, en un cartel chiquitito que sean cinco artistas por día, si solo hay dos grupos de chicas en el cartel: unas el viernes y otras el sábado, no el mismo día. Eso es porque se está cumpliendo una función que es presencia femenina en el cartel, te da igual cómo suenen o que coincida con el día que es", recalca.
Desde el lanzamiento de su primer álbum, Movidas, en 2018 y su hit Bisexual, que se convirtió en todo un himno del colectivo LGTBI, Cariño no han dejado de estar presentes en festivales nacionales e internacionales. Se convirtieron en las primeras españolas tras Rosalía en tocar en el Coachella (inicialmente en 2020 y reprogramado a 2022).
Ellas mismas se sienten afortunadas de ser uno de esos nombres prácticamente asegurados en los festivales indies nacionales, pero admiten que "es verdad que son siempre los mismos". "Nos gustaría que hubiera más variedad y que ojalá también para nosotras no coincidir siempre con los mismos. No sé qué ha pasado que siempre vamos con los mismos", se pregunta Talaverano.
"A mí me gustan los festivales y sí que podía haber más variedad. Pero entiendo que si tienes una fórmula que es lucrativa y siguen vendiéndose entradas, sigues apostando por lo mismo", apunta Ros, que defiende que debería haber algo de variación y bromea con que "siempre cuenten con alguien clásico".
Un sonido pop dosmilero más orgánico, pero siempre con el amor en el centro
Si algo recuerdan buena parte de las canciones de este Tanto por hacer es a los discos de los 2000, a ese pop de guitarra, bajo y batería que resuena en temas como Nada importa tanto o Planeta raro y que contrasta con el beat más rítmico y con más presencia de sintetizadores de trabajos anteriores y de temas como B2B.
Hasta ahora, Cariño se ubicaba en el conocido como tontipop donde se ubican grupos como Family, La casa azul o Los fresones rebeldes, pero con este trabajo aseguran transicionar más al pop tradicional, aunque aseguran que la etiqueta anterior no les pesa.
"Estamos orgullosas de todos los discos que hemos hecho y nos apetecía explorar nuevos caminos. La fórmula anterior ya lo sabíamos, sabíamos hacerlo y estábamos yendo hacia intentar buscar una forma 'más madura' por así decirlo, por cómo nos sentíamos nosotras también y ha salido esto", señala Ros.
"Son simplemente como diferentes etapas tanto como personas como banda y sentíamos que había que reafirmar que estábamos en ese momento, que igual no estábamos ya tanto en el momento del tontipop, aunque nos sigue encantando", reafirma Rivero. "Igual era una necesidad que hemos tenido desde el principio, el anterior era más orgánico que el primero, y hemos ido avanzándola. Al final, este disco ha sido explorar diferentes sitios sonoros en los que hasta ahora no habíamos estado", destaca.
Para Talaverano, los géneros son en ocasiones algo "tan nicho" que las limita. "Si sales de ahí parece que a la gente le molesta. Mientras más amplio mejor y los artistas siguen su desarrollo más que una etiqueta", explica.
A pesar de que desde 2022, cuando lanzaron CARIÑO, han ido estrenando algunos singles, no los han incluido en su trabajo y solo han ido publicando tres adelantos de este LP. "Esta decisión fue un poco de estar tratar un concepto que no cuadraba con canciones que habíamos hecho anteriormente, no es como Bad Bunny que de repente metió en un disco una canción que había sacado mucho antes. Si casa con el concepto y entra, pues bien, nosotras lo pensamos y tal, pero seguíamos un diálogo que necesitaba canciones nuevas", explica Rivero, quien destaca que cada disco es una etapa que se abre y se cierra con ella.
Esta variedad de géneros la combinan también en sus otros proyectos Tos, también bajista de El Buen Hijo, como Talaverano con su proyecto personal Valverdina. Ambas aseguran que más allá de tener una agenda apretada no les supone ninguna contradicción. "A veces es como que tienes una banda y estás casada a unos niveles que parece que no puedes salir de ahí. Esto es lo que hacemos las tres y todo lo demás es otra cosa. Parece que no se puede hacer. Hay tanto espacio y tantos sitios que explorar y que al final traen crecimiento para la propia banda mientras más crece una", explica Talaverano.
Lo que no faltará nunca a Cariño, como su nombre indica son las letras de amor y desamor, en este trabajo de forma "menos tóxica" que en sus dos anteriores, pero con continuando con esa fórmula pegadiza para cantarle a tu novia, pero también a tu ex. "Escribimos de lo que queremos, de amor porque es lo que sentimos", explica Talaverano. "Aquí es de amor y de relaciones, más bien, porque Botellas a pares dices a primeras no es de amor, pero también de desamor", ejemplifica. "En Cariño no nos sale mucho de otra manera, si una canción se sale de la temática amor le metemos una cosa de amor porque tiene coherencia en este proyecto", recalca Ros.