Barry B: "Los chavales viven una realidad totalmente diferente a lo que es"
El artista es uno de los seleccionados para la edición RADAR 2025 de Spotify, que celebra cinco años de talento emergente.

De colarse con sus amigos en los camerinos del Sonorama a estar programado en festivales como el FIB en menos de 10 años. Según Barry B, gracias al festival de su Aranda de Duero natal hace música. Pero a esto se suman las influencias de artistas tan dispares como Eric Clapton, ZZ Top, Oasis o el trap nacional, toda una amalgama que le sirve para romper con las etiquetas que le pongan.
Su mezcla entre rock, música urbana e indie, con letras que reflexionan sobre la salud mental, la presión social o la pérdida presentes en su primer disco CHATO le han llevado a ser una de las promesas del momento: más de 424.000 oyentes mensuales en Spotify y colaboraciones con artistas como Carolina Durante o Ralphie Choo que superan los cinco y cuatro millones de reproducciones en la plataforma.
Son precisamente esos datos los que le han llevado a ser uno de los artistas, junto a Julieta, Vera GRV, céro y LUSILLON, seleccionados por Spotify para su programa RADAR 2025 con el que buscan impulsar por quinto año consecutivo el talento emergente.
Con más de 40 artistas que han pasado por la iniciativa, Spotify celebró esta semana los cinco años de impulso al talento local y a las nuevas generaciones de artistas a través de RADAR, por el cual, las reproducciones de sus canciones aumentan casi un 70% de media en solo un año tras su incorporación.
¿Qué significa para ti ser artista RADAR 2025 de Spotify?
Es la hostia, al final para un artista una de las cosas más importantes y las claves es llegar a más gente y que te escuchen más. Gracias a esto llegas a mogollón de gente más o que te ponen en el punto de mira. Es de las mejores cosas que te pueden pasar.
Tienes tu primer disco publicado, confirmaciones en grandes festivales y canciones con más de cuatro millones de reproducciones, podríamos decir que tú ya no eres emergente...
No, no llevamos tres años con el proyecto, pero llega un punto de inflexión en el que se convierte en algo exponencial. A veces se dice que las malas noticias vienen todas juntas, pero también las buenas a veces vienen todas de golpe y te ayudan a despegar un poco.
¿Cómo viviste ese momento de despegue?
Ha sido todo tan sedimento a sedimento, que casi no me he enterado porque tengo un equipo increíble también, que siempre intentamos ir con los pies en el suelo, que no intentamos ir de nada más de lo que tenemos y solemos estar muy poco a poco. Nunca nos llegamos a tomar como que nos esté pasando algo demasiado gordo, que sí, de repente te paran tres chavales por la calle un día random y no entiendes nada. Pero más allá de eso, todo sigue igual.
Cuando te intentan encasillar en las etiquetas de ‘indie’ o de ‘urbano’, ¿cómo te sientes?
El otro día Jenesaispop ponía tras el concierto “demasiado raro para el rock, demasiado corazón para el urbano”. Estoy en medio siempre porque como escucho de todo, tengo mogollón de referencias musicales y las etiquetas se las voy a dejar al Zara mejor. Me gusta todo.
De hecho, en cuanto a referencias siempre has hablado incluso del rock clásico de Eric Clapton, ZZ Top, etc.
Sí, sí Clapton, ZZ Top, Oasis... Toda esta peña como Stone Roses de los 90 me marcó en mí algo estético a nivel de música.

Se puede notar en las guitarras, ¿no? En que al oír tu voz hay quien pueda asociarte más en lo urbano pero en temas como Yo pensaba que me había tocado Dios con Carolina Durante se ven unas cuerdas muy propias del rock.
Claro, por eso hice el disco que al final es una transición de lo urbano a lo otro, pero sin salirme de ninguna de las dos partes. Me gusta mantener los pies en los dos porque pienso que lo urbano también aporta mucho a la música y la cultura del país. Te podría decir que es hasta el nuevo punk porque la gente hace lo que quiere y se experimenta, aunque no tenga ni idea, la gente lo hace. Pasaba con el punk, que la gente no tenía ni idea pero era una forma de reivindicar por parte de los chavales que hacían música y que se podían llenar salas haciendo cosas sin tener ni idea y los chavales lo hacen ahora mismo desde lo urbano.
Creo que es una frescura que mola mantener con las referencias que tienes, que en este caso es más pop rock.
Además se han roto muchos prejuicios, mucha gente criticaba lo urbano hasta que se ha encumbrado a C. Tangana, a Rosalía o a Bad Gyal.
Ha pasado toda la vida, hablando del punk cuando empezaron los Ramones se les criticaba porque no era rock puro y demás. Al final es una forma más de expresión y es fresco, pienso que es lo bueno de la música, que todo está permitido.
Hablando de tus raíces, de Aranda de Duero, que lo llevas muy presente. ¿Cómo te ha marcado crecer en una localidad tan festivalera como el Sonorama?
Todo. Gracias al Sonorama hago música. En el Sonorama fui a ver a un colega mío que iba conmigo a clase, que salía del camerino que era batería, me dijo su amigo “el año que viene tenemos que estar saliendo de un camerino”. Bebida gratis, de todo... Con 16 años y al año siguiente estábamos saliendo de un camerino con una banda que habíamos creado. Gracias al Sonorama. Nos colábamos con 16 años siempre allí.
En tu tema Joga bonito, esa referencia a esa forma de fútbol, también has referenciado alguna vez a Benzema. Con grupos como Carolina Durante, Alcalá Norte, etc. ¿está habiendo una oleada de artistas futboleros? ¿Sueles inspirarte en este deporte?
Bueno, no soy ultrafanático del fútbol, pero sí que me encanta toda la movida de la estética hooligan, todo lo de defender algo con las bufandas, el pique... Mientras no llegue a las manos ni nada, pero el pique sano, la rivalidad entre dos equipos...
Siempre mola para desahogarse tener algo de rivalidad dentro de un sitio que sea controlado, me parece algo superbonito y superestético, una forma de desahogarse. Pienso que la música es también un poco eso, no llega a ser el pique, pero sí otra forma de ocio, de desahogarse, de sentirse en comunidad en un directo con un artista o una banda. Hay muchos símiles, es todo lo contrario a lo que la sociedad potencia que es el individualismo con redes sociales y la marginación más absoluta.
Pienso que tanto un partido, un evento o un festival da pie a que la gente esté en comunidad bajo un mismo objetivo.
¿Te sientes muy presionado por la industria por tener que producir?
No, porque llevo toda la vida trabajando. He trabajado de camarero, de ingeniero... Pienso que ocho horas al día en una oficina son mucho más jodidas que 20 haciendo lo que te gusta. Me gusta hacerlo, es mi obligación, es mi trabajo... Mi cabeza sabe que tengo que hacerlo, no me siento nada presionado. Tengo además un equipo que entiende las canciones que hago, que entienden que cada canción es de su padre y de su madre, y no tienen ningún tipo de dogma, que es como las hago yo y me gusta.
En Tussi hablas de drogas, salud mental y de esa juventud cada vez más medicada. ¿Cada vez tienen que recurrir más jóvenes a eso?
Sí, claro. Volviendo a las redes sociales, la adicción a las redes sociales y a sentirse único, a desahogarse con cualquier cosa que tengas a mano para no vivir la realidad. La realidad es tan sencilla como sentarse en el sofá con tu piba y estar viendo la tele tranquilo, pero como estamos acostumbrados al subidón de dopamina constante, a tener que hacer todo el rato cosas porque es lo que vemos en una realidad que es falsa... Al final nos estamos acostumbrando a tener todo el rato subidones falsos de dopamina que no sé a lo que van a conducir. Esperemos que se ponga un control sobre esto porque va a ser una locura.
El otro día vi la serie de Adolescencia y es justo esto. Se te ponen los pelos de punta, es una movida, una puta locura. Los chavales viven una realidad totalmente diferente a lo que es, básicamente eres un mono, un homínido, que va por una ciudad: del cole a hacer relaciones, al trabajo... No hay nada más, lo que ves en el móvil es virtual, no es real. Ellos no lo entienden. Yo tengo la suerte de que me pilló algo más tarde porque el móvil lo tuve a los 17 o 18 años, ellos lo tienen a los 12 o los 13 y tienen redes, tienen pornografía y tienen todo. Un chaval con pornografía a los 12 años... Yo que lo vi a los 17/18 y fue como “qué cojones”, a los 12 años se te tiene que ir la cabeza. Es una locura.
¿Crees que también se mandan ciertos mensajes “irreales” dentro de la industria musical? ¿Se puede cambiar eso? Se suele hablar de dinero, lujo, coches, drogas, marcas generalmente en el urbano, aunque también en otros géneros.
No lo sé... Eso es un tema... No le puedes decir a JC Reyes que no hable de esas movidas porque es lo que vive él y no significa que un chaval de 12 años tenga que vivir esa vida. ¿Qué haces restringes escuchar ese tipo de música? Tampoco puede ser porque existe Gran Hermano y todas estas cosas. Lo más importante creo que es la educación en este caso, cómo te eduquen, que te hagan creer que eso es ficticio y hacértelo entender poco a poco.
Has colaborado con Ralphie Choo, con Carolina Durante... ¿Con quién más te gustaría?
Obviamente, una canción con Oasis. Pero ahora mismo sería Dillom, me mola mazo.