Las únicas personas que nunca deberían comer peras
Hay gente que tienen que mantenerlas alejadas de su dieta, a pesar de sus múltiples beneficios.
Cortada en rodajas en el desayuno, para una merienda o el postre perfecto para finalizar la cena. La pera es una de las frutas más saludables dados sus numerosos beneficios y las escasas desventajas de consumirla.
Fuente de fibra, dado su alto contenido de pectina, su consumo aporta una inyección de vitaminas A, C y B9, fósforo y calcio, además de contener otros compuestos antioxidantes eficaces para el correcto funcionamiento del organismo.
Es un alimento excelente para las personas diabéticas, ya que actúa como regulador del azúcar en sangre y fortalece el sistema inmunitario. El bajo porcentaje de calorías hace de él un complemento excelente para las personas que buscan bajar de peso, así como para las que padecen problemas óseos o cardiovasculares, dada su riqueza en magnesio y la mencionada pectina, que también actúa como un regulador del colesterol 'malo'.
No obstante, no es oro todo lo que reluce y a pesar de todas estas propiedades beneficiosas, hay personas que deberían rechazar la pera en su dieta si no quieren sufrir efectos adversos.
¿Quiénes no deben consumir peras?
A diferencia de las manzanas, las peras no son astringentes, todo lo contrario, previenen el estreñimiento por su alto contenido en fibra. Una buena noticia para las personas a las que les cuesta ir al baño diariamente, pero negativa para los que sufren de colón irritable.
Su elevado contenido en polisacáridos, polioles y fructosa hacen que a la población que adolece de este trastorno gastrointestinal se le acentúan los problemas digestivos, tan molestos ya de por si.
Sin embargo, de padecer este problema, no es conveniente eliminar la pera de la dieta radicalmente. Antes de tomar la decisión, es conveniente consultar con un facultativo experto en digestivo para que haga un diagnóstico y evalúe hasta qué punto es perjudicial, en ese caso, tomar esta fruta a diario o varias veces a la semana.