Esto es lo que dice la ley si un vecino de la comunidad se niega a instalar la fibra óptica

Esto es lo que dice la ley si un vecino de la comunidad se niega a instalar la fibra óptica

Los demás propietarios pueden acudir a la junta arbitral de consumo.

Imagen de archivo de unas cables de fibra óptica.Getty Images/iStockphoto

La fibra óptica en los hogares ha sido fundamental para el teletrabajo en muchos tipos de empleos especializados, sobre todo en los más técnicos. Sin embargo, no todo el mundo cree necesario tenerla en su casa, por lo que, últimamente, junto con la preinstalación para cargar vehículos eléctricos en los garajes de las viviendas, es uno de los temas más recurrentes y polémicos en las juntas de las comunidades de vecinos.

Lo primero que hay que tener claro es que la legislación actual, de 2011, no obliga a instalarla, aunque sí recoge el derecho de las comunidades de vecinos a recibir este servicio, siempre y cuando cumpla el edificio las condiciones adecuadas y no cause ningún daño estructural su instalación. Tampoco se necesita ningún permiso oficial para hacerlo, pero sí conviene informar a tu comunidad autónoma de que se ha colocado en tu edificio.

¿Por qué entonces hay gente que no quiere instalarla en su casa? Generalmente, por negarse a pagar su alto precio, si no necesita sus prestaciones. Y si un vecino se niega a el cable de fibra óptica pase por su propiedad, puede generar serios problemas a los otros propietarios que sí la quieres y al operador de telecomunicaciones, ya que entonces el cable deberá sortear esa vivienda. Ahora bien, si no tiene una justificación clara y legal para negarse, los demás propietarios pueden recurrir a la vía legal y presentar una denuncia ante la Junta Arbitral de Consumo o ante los tribunales correspondientes.

Entre los inconvenientes de la fibra óptica está, como decíamos, su precio, ya que la instalación es más costosa que la de cables de cobre, sobre todo en zonas rurales donde hay que tirar más metros para que llegue de un destino a otro. Otra desventaja es la dificultad misma de instalación, ya que necesita mayor protección que los cables de cobre.

Aunque en la otra cara de la moneda está las grandes ventajas. Aparte de la gran velocidad a la que es capaz de transmitir datos, otra de sus virtudes es que es se trata de una técnica más protegida ante las interferencias electromagnéticas y más fiable y, una última muy importante: es más difícil acceder a ella y, por tanto, que alguien pueda hackear los datos que se transmiten.