Una pensionista enferma terminal se queja de tener su casa “helada”: el ayuntamiento apaga la calefacción doce horas al día
Las autoridades locales prometen solucionarlo.
Liz Douglas, quien lleva más de 40 años viviendo en Enfield, un barrio del norte de Londres, se encuentra actualmente lidiando con una situación difícil. "Son las 4 de la tarde y estoy helada, esto es inaceptable", expresó la mujer.
A pesar de un temporizador instalado, el sistema de calefacción en su hogar no es suficiente para mantener la temperatura adecuada. Liz, que padece una enfermedad terminal, ha sufrido en primera persona la eliminación del subsidio para los costes de calefacción para personas mayores en el país, lo que agrava aún más su situación.
La anciana se muestra especialmente frustrada porque debe pagar por un sistema de calefacción que no puede controlar. "Toman decisiones sin considerar cómo nos afecta, son decisiones arbitrarias", señaló. Las autoridades locales en Enfield tienen planes para cambiar el sistema de calefacción actual por nuevos calentadores de almacenamiento, con la promesa de poner fin a esta problemática.
Un portavoz del Ayuntamiento de Enfield aseguró que los nuevos calentadores permitirán a los inquilinos regular la temperatura de manera manual, aunque aún no hay una fecha definida para la instalación. Liz teme que el nuevo sistema requiera una aplicación que no podrá utilizar debido a su condición. Sin embargo, el municipio ha confirmado que los dispositivos podrán ser operados de forma manual, asegurando que esto mejorará las condiciones de los residentes.
La situación de los jubilados frente a la calefacción
Aunque la situación de Liz es grave, no es única. Otros jubilados, como Heike Bracht en Alemania, también se enfrentan a dificultades para calentar sus hogares debido a la falta de recursos. Heike, que depende de una pensión reducida, lucha por mantener su apartamento a una temperatura adecuada, ya que el costo de la calefacción excede su presupuesto. "La temperatura ambiente es actualmente de 16 grados. Me estoy congelando todo el tiempo", afirma.
Por otro lado, Caroline Duddridge, de 68 años, ha optado por no encender la calefacción durante los últimos dos años, prefiriendo enfrentar el frío para ahorrar dinero. "Estos dos años me han vuelto más resistente. A menudo prefiero no estar en casa para evitar el frío", explicó.