Descubren detalles sobre lo peculiar que es el cerebro del pulpo
Una investigación internacional, que cuenta con la participación del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG), da más detalles.
Una nueva investigación internacional, que cuenta con la participación del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG), da más detalles sobre cómo es el peculiar cerebro de los pulpos.
El estudio, publicado en la revista G3: Genes, Genomes, Genetics, está dentro del proyecto EASIGenomics, y ha permitido descubrir más sobre el funcionamiento del cerebro, a partir del estudio de la plasticidad neuronal de los cerebros de cefalópodos.
Tal y como ha detallado Ivo Gut, director del CNAG, es algo "muy gratificante ver que un proyecto tan difícil como este alcanza un resultado tan impresionante". "Una vez más se han traspasado los límites de lo que es posible con las tecnologías genómicas en lo que se refiere al tratamiento de genomas muy complicados", ha detallado.
Primer registro de ondas
El pasado mes de febrero, se consiguió registrar la actividad cerebral de pulpos que se mueven libremente, gracias al implante de electrodos y un registrador de datos directamente en las criaturas.
El estudio, que fue publicado en la revista Current Biology, se convirtió un paso decisivo para averiguar cómo controlan su comportamiento los cerebros de los pulpos y podría dar pistas sobre los principios comunes necesarios para la inteligencia y la cognición.
"Si queremos entender cómo funciona el cerebro, los pulpos son el animal perfecto para estudiarlo en comparación con los mamíferos. Tienen un cerebro grande, un cuerpo asombrosamente único y unas capacidades cognitivas avanzadas que se han desarrollado de forma completamente distinta a las de los vertebrados", afirmó en un comunicado la Dra. Tamar Gutnick, primera autora y antigua investigadora postdoctoral de la Unidad de Física y Biología del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (OIST).
Pero medir las ondas cerebrales de los pulpos ha resultado ser todo un reto técnico. A diferencia de los vertebrados, los pulpos son de cuerpo blando, por lo que no tienen cráneo al que anclar el equipo de grabación para evitar que se desprenda.
"Los pulpos tienen ocho brazos potentes y ultraflexibles, que pueden alcanzar absolutamente cualquier parte de su cuerpo", explica el Dr. Gutnick. "Si intentáramos fijarles cables, se los arrancarían de inmediato, así que necesitábamos una forma de poner el equipo completamente fuera de su alcance, colocándolo bajo la piel".
Los investigadores optaron por registradores de datos pequeños y ligeros, diseñados originalmente para registrar la actividad cerebral de las aves durante el vuelo. El equipo adaptó los dispositivos para hacerlos impermeables, pero lo bastante pequeños para que cupieran fácilmente dentro de los pulpos. Las baterías, que debían funcionar en un entorno poco ventilado, permitían hasta 12 horas de grabación continua.