El turista extranjero, ¿salvavidas o eterna promesa del turismo rural?
Casi 1 de cada 4 pernoctaciones son de viajeros extranjeros. Los turistas extranjeros que practican turismo rural son pocos, pero tienen un impacto cada vez mayor.
Cada día son más numerosas las voces que señalan al turista extranjero como la tabla de salvación del turismo rural, modalidad turística que está sufriendo mucho por su gran dependencia del turista nacional. Pero, ¿está el turismo rural realmente preparado para atraer al turista extranjero? Todavía no, al menos de forma generalizada.
Pero antes de continuar veamos la diferencia entre el viajero rural nacional y el extranjero.
Los extranjeros han supuesto tradicionalmente algo más del 10% del total de viajeros que recibe el turismo rural en España, sin embargo, su impacto sobre las pernoctaciones ha ido aumentando a lo largo de los últimos años: en 2009 por ejemplo realizaban el 15% del total de las pernoctaciones del turismo rural, en 2011 llegaban ya al 20% y en el primer semestre del 2012 han supuesto el 23% del total de pernoctaciones, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Es decir, casi 1 de cada 4 pernoctaciones son de viajeros extranjeros. Los turistas extranjeros que practican turismo rural son pocos, pero tienen un impacto cada vez mayor. Y eso ha sido precisamente lo que ha permitido que el sector haya cosechado resultados positivos en numerosas ocasiones en los últimos meses.
Turistas extranjeros (2009-2011)
Turistas nacionales (2009-2011)
En el actual contexto de crisis, con una demanda nacional que se estanca y con una guerra de precios en la que el turismo rural no puede competir con otras modalidades turísticas, el viajero extranjero parece la única oportunidad de crecimiento para el sector. Pero si está tan claro, entonces, ¿por qué el sector ha sido incapaz de incrementar significativamente el volumen de viajeros extranjeros que practican turismo rural? Porque encuentran demasiadas trabas.
¿Y qué puede hacer el turismo rural para atraer al viajero extranjero? Según mi modesta opinión.
- Simplificar la oferta. Al turista extranjero, incluso al nacional, le trae sin cuidado si el alojamiento se llama posada real, complejo turístico rural, casa de aldea o masía. En España tenemos decenas de clasificaciones y categorías de alojamientos como consecuencia de la regulación regional. ¿Cómo vamos a atraer a los viajeros si no entienden lo que les ofrecemos? Es comprensible que cada CC AA quiera resaltar su personalidad y tradiciones, pero dejemos eso para la experiencia en el destino y diseñemos un producto sencillo y fácil de asimilar.
- Hablemos el mismo idioma. En Toprural insistimos mucho en la necesidad de traducir las páginas de los alojamientos a otros idiomas como primera forma de atraer al turista extranjero. A pesar de ello, sólo el 13% de los propietarios anunciados en Toprural tienen la ficha de su alojamiento traducida al inglés (dato a diciembre 2011). A menudo recibimos quejas de turistas extranjeros porque no reciben contestación a sus peticiones de reserva o porque simplemente la contestación ha llegado con demasiados días de retraso. ¿Por qué ese miedo irracional de los españoles a atender en otros idiomas? No es necesario hablar inglés a la perfección, en la actualidad disponemos de traductores gratuitos que nos permiten, al menos, dar una atención básica en otros idiomas.
- Promocionemos España como destino rural. España es algo más que sol y playa y ese modelo, que indudablemente ha funcionado durante muchos años, va perdiendo fuelle frente a otros países mediterráneos que ofrecen condiciones similares cada vez más competitivas. El turismo rural es nuestra oportunidad para resaltar nuestras diferencias: el patrimonio natural y cultural de nuestros pueblos.
- Desarrollemos políticas inclusivas en los destinos. Involucremos en la promoción a los distintos agentes que influyen en la percepción del destino (pequeño comercio, hostelería, transporte, etc.) para establecer y difundir el valor diferencial del entorno. Un alojamiento rural tiene éxito en la medida que sea capaz de ofrecer un producto diferenciado y sepa promocionarlo, pero el posicionamiento del destino también es decisivo. Explotemos el valor de lo auténtico, ese algo diferente que el turismo rural no ha perdido aún: la naturaleza y sus gentes.
- Facilitemos la compra del turismo rural. Una de las principales barreras históricas del turismo rural ha sido su dificultad de comercialización en el exterior y su escasa operatividad para los grandes operadores internacionales. Aún hoy la reserva online no se ha generalizado en el sector, no al menos de forma masiva y sencilla. Hoy cualquier viajero cierra fácilmente una reserva online en un hotel en cualquier parte del mundo, sin embargo no resulta tan sencillo reservar una casa rural. Si queremos atraer más viajeros esto tiene que cambiar.
Los resultados semestrales publicados hoy por el INE indican que el turismo rural recibió 1,7% de viajeros menos que en el mismo período de 2011. Las pernoctaciones también descendieron un 0,7%. Son datos negativos para el sector, pero hay lugar para la esperanza, una vez más se confirma que las pernoctaciones de los extranjeros siguen creciendo frente al descenso de las pernoctaciones de los nacionales. La futura supervivencia del sector pasa por diversificar su demanda, ahora más que nunca, tenemos que reducir la dependencia del viajero nacional desarrollando iniciativas que nos abran nuevos horizontes.