Lo que se esconde tras la sombra del Chapo

Lo que se esconde tras la sombra del Chapo

El periodismo, ese oficio bello, interesante y complejo cuando se centra solo en narrar historias, algo que parece cada vez más difícil en los tiempos que corren, es en ocasiones una condena. Como periodista creo que hay un cierto deber en denunciar y balancear el poder político o económico contando lo que a ellos les molesta y los problemas e intereses de los que tienen menos voz.

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El periodismo, ese oficio bello, interesante y complejo cuando se centra solo en narrar historias, algo que parece cada vez más difícil en los tiempos que corren de grandes empresas con grandes intereses que hacen rentable el negocio desde todo tipo de disciplinas menos la de vender el producto, es en ocasiones una condena.

Como periodista creo que hay un cierto deber en denunciar y balancear el poder político o económico contando lo que a ellos les molesta y los problemas e intereses de los que tienen menos voz. Como corresponsal entendí ya hace unos años que había un abismo en muchas ocasiones entre lo que yo vivía y lo que yo contaba: "Como de Sudáfrica nunca dará ningún medio que hoy no pasó nada y sí que ha habido dos o cien muertos, el lector se olvidará del país hasta que tropiece de nuevo con un titular que detalla muertes con lo que pensará que aquí siempre está muriendo alguien por violencia o Sida y decidirá que es un lugar inseguro para ir o vivir", reflexionaba en 2010 cuando vivía en aquel país. Una sensación que se acrecienta ahora que informo de México.

El pasado lunes iba a un desayuno para charlar sobre la carga impositiva mexicana y ese debate del liberalismo económico que afecta a la aldea global. Una hora después de llegar me levantaba, dejaba mis chilaquiles casi intactos, me excusaba y me marchaba deprisa a contar que el hijo del Chapo Guzmán, el mexicano más famoso del mundo, había sido secuestrado.

Me marchaba deprisa a contar que el hijo del Chapo Guzmán, el mexicano más famoso del mundo, había sido secuestrado. La carga de noticias que la corrupción y el narcotráfico tienen en la agenda mexicana es demoledora.

La carga de noticias que la corrupción y el narcotráfico tienen en la agenda mexicana es demoledora. Y no, no es porque los periodistas inventen las noticias, ambos asuntos son de una gravedad extrema, siguen sin resolverse y merecen tener el foco para hacer esa labor de denuncia que obligue a las autoridades a resolverlos. En ocasiones uno tiene la sensación de que sería un logro si se molestaran al menos en disimularlos.

Sin embargo, esa enorme carga informativa oculta una realidad también positiva que encuentra menor hueco en los medios. Las consecuencias, además de distorsionar algo la realidad, son gravísimas para empresas y particulares que ven como sus negocios se van a pique por esta aldea global de la comunicación que practica el fast-food hasta en las noticias.

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Déjenme poner otro ejemplo de África: en 2014, en plena campaña del ébola, cuando yo vivía en Mozambique, se suspendían reservas de hotel en Kenia. La verdad es que el ébola estaba más cerca de España que de Kenia y que en España hubo un caso de contagio y en Kenia ninguno, pero los titulares que hablaban de África acabaron dejando a muchas familias sin un plato de comida encima de la mesa.

España era un país muy peligroso, donde había bombas y mucho terrorismo.

En este sentido, los españoles pueden entender una situación que una vez me contó una egipcia. La mujer, que vivía entonces ya en Madrid, me dijo que su familia no le dejó venir a estudiar a España en la década de los 90 porque "España era un país muy peligroso, donde había bombas y mucho terrorismo". Cuando me lo contó me hizo reflexionar: yo, que vi temblar los cristales de mi casa por alguna explosión de aquellos asesinos, nunca me sentí amenazado, ni pensé que mi vida corría peligro. La diferencia es que yo podía discernir entre la realidad de un titular y la rutina: había bombas y las posibilidades de que a mí me afectaran eran menores de las que tenía de ganar la lotería.

Por tanto, para intentar equilibrar un poco con México, permítanme decirles que en este año y medio que llevo viviendo y viajando acá no he sufrido ningún percance. Decirles que en Ciudad de México vivo en un buen barrio y acudo en ocasiones a otros no tan buenos; que he viajado al temido triángulo dorado de la droga en la Sierra de Chihuahua; que he recorrido todo Chiapas, hasta su complicada sierra, en las que he pasado controles zapatistas y cortes de carreteras; que he atravesado en varias ocasiones Guerrero, el estado con más asesinatos del país, para informar de lo que pasaba en Iguala, Ayotzinapa o Acapulco, la tercera ciudad con más homicidios del planeta; que he viajado al corrupto y violento Veracruz y andado por la noche por su zócalo y puerto al que llegaron hace 80 años miles de exiliados españoles; que he cruzado de norte a sur el turístico Quintana Roo; que he tenido el privilegio de contemplar la bella ciudad de San Miguel de Allende y las momias de Guanajuato; que he ido diversas veces a Michoacán, tierra caliente, a ver mariposas y muertos; que me he cruzado con protestas de los profesores en Oaxaca, que...

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Siempre con ciertas precauciones cuando era necesario y siempre entendiendo que tampoco cuando vivía en Madrid me iba por la noche con mis amigos a la Cañada Real o el poblado de la Rosilla a terminar mis noches de farra (poblados donde se vende o vendía droga). ¿Es México tan seguro como España? No, es más inseguro que España y tomo más precauciones. ¿Me siento inseguro en México? No.

Tampoco cuando vivía en Madrid me iba por la noche con mis amigos a la Cañada Real.

Permitan también que les dé estos datos diversos que sirven también de ejemplo: México es el sexto proveedor de industria aeroespacial de Estados Unidos; México es el primer exportador de aguacate, y café orgánico y el segundo de tomates frescos, espárragos, sandías, melones, brócoli, coliflores, atún de aleta azul... del mundo (resumiendo, México es una potencia mundial en producción agroalimentaria); México es el principal productor de vehículos de Latinoamérica y el séptimo mundial; México tiene un porcentaje de graduados en ingeniería y manufactura superior al de Alemania, Brasil, España, Estados Unidos y Reino Unido; México es el noveno país del globo que recibe más turistas, 32,1 millones de visitantes en 2015; México es el sexto país del mundo y primero de América Latina con más bienes inscritos en el Patrimonio Mundial de la Unesco (27); México tiene reconocida su cocina como Patrimonio Inmaterial de la Unesco y tres de sus restaurantes están en la famosa lista de los 50 mejores del mundo...

Todo eso es también México, aunque se cuente menos bajo la alargada sombra del Chapo.