Una pregunta inesperada de China pone en aprieto a Putin
Hasta los aliados ponen de los nervios al Kremlin.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha tenido un intercambio incómodo con un periodista de un medio estatal chino durante una reciente sesión de preguntas y respuestas. Sí, chino. Sí, estatal. Aunque sea de su socio, de quien le ayuda a sobrellevar las sanciones internacionales que cada día aíslan más a Rusia, los roces también se dan.
Cuando se le preguntó sobre su negativa a detener el conflicto de Ucrania, Putin afirmó que la invasión de febrero de 2022 debería haberse lanzado incluso antes, pareciendo eludir la cuestión por completo.
Las declaraciones de Putin se producen 33 meses después del inicio del conflicto y subrayan su compromiso de continuar la ofensiva. Su justificación de la invasión hace referencia al supuesto incumplimiento por parte de Ucrania del Acuerdo de Minsk y sugiere cálculos estratégicos más amplios.
Durante una conferencia de prensa especial por Navidad, un clásico de Putin, un reportero del China Media Group le preguntó directamente a Putin por qué no aceptaba un alto el fuego. El presidente respondió: "Vale la pena detenerse durante una semana para darle al enemigo la oportunidad de afianzarse en estas posiciones, darle un respiro, conseguir la munición necesaria. Lo que necesitamos no es un alto el fuego, sino una paz duradera, con garantías para Rusia y sus ciudadanos".
Cuando la agencia de medios rusa RBC le preguntó le preguntó si reconsideraría su decisión de comenzar la guerra si pudiera volver a febrero de 2022, Putin sugirió que la invasión debería haber ocurrido antes. "La decisión que se tomó a principios de 2022 debería haberse tomado antes", dijo Putin. "Sabiéndolo, era necesario prepararse antes para estos eventos, incluida la SMO", refiriéndose a la "operación militar especial", el término que Putin utiliza para referirse a la invasión.
Putin justificó el momento de la invasión acusando a Kiev de negarse a cumplir el Acuerdo de Minsk y afirmando que Ucrania había hecho "algunas afirmaciones sobre armas de destrucción masiva".
El Acuerdo de Minsk de 2015 tenía como objetivo poner fin al conflicto en el este de Ucrania y exigía un alto el fuego, la retirada de las armas pesadas y la autonomía de las regiones separatistas. Fue firmado por Kiev y Moscú, pero nunca se implementó plenamente.
Ucrania exige la retirada completa de las fuerzas rusas de su territorio, incluida Crimea, que Rusia anexó ilegalmente en 2014. Kiev también exige reparaciones, rendición de cuentas por los crímenes de guerra rusos y garantías de su soberanía antes de considerar las negociaciones de paz.
El Kremlin insiste en que Ucrania reconozca la pérdida de sus territorios, en particular las regiones de Donetsk, Luhansk y Crimea ocupadas por Rusia, y exige también que abandone su aspiración a ser miembro de la OTAN.