Ucrania no se fía del buen gesto de Rusia
El envío de once presos ucranianos a Hungría abre una nueva guerra entre los gobiernos ucranianos y húngaro.
El pasado 8 de junio, Rusia trasladaba un grupo de prisioneros de guerra hacia territorio húngaro. Once presos con una característica común: sus orígenes se localizan en la región de Transcarpacia, ubicada en el extremo occidental de Ucrania, en la frontera con Hungría.
De acuerdo con un escueto comunicado de la Iglesia Ortodoxa rusa, publicado en su página web, el traslado de estos prisioneros se llevó a cabo gracias a su mediación después de atender la petición de los representantes eclesiásticos de la parte húngara. Una entrega, tal como la calificaban, impulsada "por motivos de filantropía cristiana".
Sin embargo, Ucrania no acaba de fiarse del buen gesto de Rusia. Un día después de la liberación, autoridades de la cartera de Exteriores se reunieron con la diplomacia húngara para pedirle información sobre la situación de los once prisiones, después de saber del caso por unas declaraciones en la prensa del viceprimer ministro húngaro, Zsolt Semien.
"Todos los intentos de los diplomáticos ucranianos en los últimos días de establecer contacto directo con los ciudadanos ucranianos han sido infructuosos", denunciaba una semana después del traslado a Hungría el portavoz de Exteriores, Oleg Nikolenko, quien recalaba que aquella entrega se hizo a expensas de Kiev y la comunidad internacional.
Niolenko, además, alertaba de que según la información recibida por los familiares de algunos de los presos, las garantías anunciadas por Hungría sobre su supuesta libertad "no son ciertas", pues se les mantiene aislados. "La comunicación con sus familiares se realiza en presencia de terceros" y "se les niega establecer contacto con la Embajada de Ucrania", exponía el portavoz de Exteriores mientras denunciaba cómo las autoridades húngaras seguían "ignorando" los intentos de Kiev por entablar un "diálogo constructivo".
"Estas acciones de Budapest cuestionan los motivos humanitarios declarados para la deportación de ucranianos a Hungría. Además, pueden ser calificados como una violación de las disposiciones del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales", exponía el portavoz ucraniano de Exteriores. "Ucrania apela una vez más a la parte húngara en la demanda de permitir inmediatamente que el cónsul ucraniano visite a los prisioneros de guerra para que pueda evaluar su condición física y psicológica, informarles sobre sus derechos y también prestar asistencia consular urgente", ha insistido Nikolenko.