Turquía enfurece a Putin con una maniobra al estilo de China
Suma y sigue de malas noticias para la economía de Moscú.
Mala noticia para Vladimir Putin: los bancos turcos han comenzado a negarse a trabajar con sus homólogos rusos, una medida similar a las instituciones dadas en China para evitar sanciones secundarias vinculadas a la invasión a gran escala de Ucrania, que se acerca a los dos años. Ni unos ni otros quieren ser señalados como cómplices o cooperadores, de ahí el paso al lado.
El periódico económico ruso Kommersant informó ayer miércoles de que los bancos turcos han terminado sus relaciones con casi todas las instituciones de crédito rusas y suspendido el procesamiento de pagos, aunque había una excepción para los bancos subsidiarios extranjeros en Rusia.
Las fuentes citadas por este medio dijeron que los tratos entre los bancos turcos y Rusia se han complicado por la orden ejecutiva del presidente estadounidense Joe Biden del pasado diciembre, que imponía sanciones secundarias contra empresas extranjeras que ayudaran a Moscú en la guerra.
La orden de Biden permite a las autoridades estadounidenses desconectar del sistema financiero estadounidense a los bancos extranjeros que violen las sanciones impuestas contra Moscú. El Departamento de Comercio estadounidense ha añadido ya a numerosas empresas chinas a su lista negra de exportaciones, acusando a dichas compañías de ofrecer apoyo técnico a la invasión rusa de Ucrania, y la Casa Blanca ha prohibido a las compañías estadounidenses de capital de riesgo invertir en tres sectores clave de la economía china: semiconductores, computación cuántica e inteligencia artificial. Las consecuencias ya se están sintiendo.
Las empresas de logística que trabajan con Turquía han reconocido en declaraciones al diario Kommersant que los pagos transfronterizos se han vuelto mucho más complicados y que se necesitan más datos y documentos para confirmar que no se están violando las normas de sanciones.
Una fuente del sector bancario turco citada por a la agencia estatal de noticias rusa Tass añade que las instituciones turcas estaban "en un patrón de espera". Esto se debe a que la orden de Biden requería de aclaraciones adicionales, ya que estaba "redactada de manera muy amplia" según las normas de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Cuando se aclare, se verán las consecuencias reales del paso dado, uno más en el intento occidental de asfixiar a Putin y su gente.
La orden ha provocado ya tiempos de procesamiento más largos para las transferencias de dinero y casos en los que los fondos se devuelven o se retrasan durante días, según la agencia Bloomberg, que cita a banqueros familiarizados con el asunto. Este medio, de referencia en el mundo económico, indicó que Turquía quiere ser eliminada de una lista internacional "gris" de jurisdicciones consideradas incapaces de abordar el lavado de dinero, lo que disuade a los inversores extranjeros.
Dos bancos chinos ordenaron una revisión de sus negocios rusos y planean cortar los vínculos con clientes en la lista de sanciones de Estados Unidos y dejar de brindar servicios financieros al sector militar ruso , dijo el medio.
Roman Prokhorov, de la Asociación de Innovaciones Financieras de Rusia, dijo a Kommersant que Turquía todavía está "interesada en ser un centro de transporte y productos básicos entre Rusia y Europa", y que detrás del actual estancamiento hay "algún tipo de otro juego". El rotativo informó que si los riesgos resultan demasiado grandes para los bancos turcos, la única opción eficaz sería establecer acuerdos con Turquía a través de bancos de terceros países.