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Trump y la 'factura' que quiere cobrarse tras sus llamadas a Putin y Zelenski

Trump y la 'factura' que quiere cobrarse tras sus llamadas a Putin y Zelenski

El presidente de EEUU ya ha asumido que su idea de acabar con la guerra en "24 horas" es inviable, pero no por ello deja de tener el mando en unas negociaciones a tres para acabar imponiendo lo que ya denominan "su paz".

Donald Trump, al teléfono en la Casa BlancaGetty Images

Nadie dijo que el final de la guerra en Ucrania fuera rápido y sencillo. Bueno, sí, lo dijo Donald Trump, con aquello de que lo lograría en apenas "24 horas". Que era un modo de hablar "sarcástico", matiza ahora, atropellado por la realidad.

Bravuconadas aparte, esa realidad sí le da la razón en algo. Sea en 24 horas o en 24 semanas, la paz pasa por él. Irreconciliables Ucrania y Rusia desde la invasión, incapaz de marca agenda la UE, es Trump quien impone el paso. Su paso. Y esa mediación de la que tanto habla ha alcanzado una nueva dimensión esta semana, con la doble llamada, a Putin y Zelenski, para "acercar" el final del conflicto. Detrás de esas conferencias hay una factura que el 45º y 47º presidente de EEUU quiere cobrarse.

Será un cobro a largo plazo, porque de ambas conversaciones no ha salido un alto el fuego total, menos aún una idea concreta de paz. Sí lo que el profesor de la Universidad Europea Julio Guinea califica como "tímidos gestos de buena voluntad". Para el docente de Derecho de la UE y Relaciones Internacionales es un bagaje escaso, aunque dentro del guion previsto en los dos contactos. Ni él ni nadie daba por esperable una paz 'por teléfono'.

"El final de guerra no está a la vuelta de la esquina. Para finalizar una guerra se necesita mucho más que no atacar infraestructura o una liberación de presos. Los dos países tienen que sentarse a la misma mesa, con una voluntad de paz... o directamente que uno se canse de agredir u otro de defenderse", expone en su análisis para El HuffPost

Ese escenario, hoy por hoy no se contempla. Ante eso, "la única solución es un mediador... y ciertamente Trump no parece el más idoneo. La pregunta es por qué es EEUU el mediador", se plantea el profesor Guinea. Veloz en su respuesta, lo argumenta en que "la UE no tiene liderazgo y sus estados miembros tampoco". 

"Macron lo intentó antes y al comenzar la guerra pero no logró nada. La voz de la UE no es que sea leve, es que es inexistente. Es una de las grandes debilidades que arrastramos los europeos y lo reconocen personas de dentro", admite citando una reciente conversación con un ex alto cargo comunitario. "Es que, si te fijas, Putin no nos trata como un igual, algo que sí hace con Trump". 

La paz de Trump

Más larga la conferencia a Moscú, más cargada de morbo la dirigida a Kiev por ser el 'reencuentro' entre Trump y Zelenski, las dos tuvieron su miga. En alrededor de tres horas y media, Trump ha conseguido acercar algo lo que tanto desea, 'su' paz. Así lo ve, también, el docente de la Europea, enfatizando ese pronombre. Considera que "EEUU ya ha dado muestra de que si no accedes a lo que Trump quiere, te corta el grifo".

"Desde el 28 de febrero me quedó claro el rol que juega Trump. Él como empresario que es quiere algo rápido, pero esto es imposible, ya se ha dado cuenta. Así pues, si no se puede 'alcanzar' una paz, se impone", recordando la insólita encerrona pública al presidente ucraniano y las posteriores medidas de presión de EEUU contra Kiev. A modo de aviso, Washington suspendió el envió de armas y de información de Inteligencia.

Por ello, Julio Guinea no rechaza la hipótesis de que Trump pueda "intentar quitar de en medio a Zelenski si este considera que el potencial tratado por la paz es inaceptable, por las concesiones que le obliguen a firmar... En ese caso, ya harán para que llegue un nuevo presidente que sí acepte", lamenta.

Esa nueva pantalla puede empezar a visualizarse este lunes, en la doble cita que EEUU tiene con Ucrania y con Rusia en Arabia Saudí. Misma fecha, mismo lugar, pero distinta mesa. Aún es pronto para una verdadera 'foto a tres'. A ojos de los expertos, impera la idea de que "Ucrania va a tener que ceder en unas conversaciones largas e hirientes". 

El 28 de febrero me quedó claro el rol que juega Trump. Como empresario que es quiere algo rápido, pero esto es imposible, ya se ha dado cuenta. Así pues, si no se puede 'alcanzar' una paz, se impone"
Julio Guinea, profesor y especialista de la Universidad Europea

Sea renunciando a un territorio ahora invadido por Moscú, sea cediendo sus recursos o renunciando a aspiraciones globales como entrar en la OTAN. "Y si esto ocurre, habremos validado que la violencia es útil como medio de Estado para conseguir tus objetivos". Con la vista puesta en la cita de Arabia, pero sobre todo más allá, el investigador y docente tiene "más que claro", que "Kiev no quiere ceder, pero sólo ellos conocen hasta qué punto están dispuestos a hacerlo. En esto Trump lo puntualizó bien, Ucrania no tiene 'las cartas'", 

Quien las baraja es él. Ciertamente, nunca ha escondido que quiere la paz y que, de paso, aprovecha las conversaciones para lograr algo más que la paz. De Ucrania ya ha sacado un acuerdo para la explotación de sus 'tierras raras', además de dejar caer su interés en hacerse con el control de la central de Zaporiyia, ante la negativa actual de Kiev. Pero su interés alcanza igualmente a Rusia, como se extrae de su larguísima charla con Vladimir Putin. 

"Hablar dos horas te da para mucho más que la guerra. Intentan restablecer relaciones", apunta Julio Guinea, en una línea apuntada por la misma Casa Blanca. Nada más colgar el teléfono, Washington emitía un comunicado transparente. Defienden que una futura buena relación EEUU-Rusia "ofrece enormes ventajas" e incluye "importantes acuerdos económicos y estabilidad geopolítica". Y si de paso se alcanza la paz, mejor que mejor. No hay puntada sin hilo en la administración Trump.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es