La tensión de Putin llega a Bielorrusia
Algunas fuentes ucranianas informan de que ahora puede llegarle el turno a Lukashenko.
Lo vivido durante la tarde del sábado en Rusia sacudió los cimientos del Kremlin como pocas veces en los últimos 30 años. El intento de Wagner por tomar Moscú con Prigozhin al frente pusio en jaque la seguridad del país y el presidente ruso, Vladimir Putin, se vio en la obligación de intervenir sin éxito.
De hecho fue su aliado bielorruso, Alexander Lukashenko, el que tuvo que mediar entre el líder de Wagner y el propio Putin para que la rebelión quedara en nada, al asegurar -con el beneplácito de Putin- a Prigizhin y sus hombres que no habría consecuencias penales para ellos si daban marcha atrás.
Pero puede que esto solo haya sido el principio de algo más grandes y que puede terminar costando caro al propio Lukashenko, que se enfrenta ahora a un posible levantamiento en sus fronteras, según alertaron medios alemanes.
Bielorrusia, ante un momento clave
Estas informaciones apuntaban a que una unidad del Ejército bielorruso se habría movilizado para comenzar una rebelión contra el presidente de Bielorrusia aprovechando el momento de inestabilidad y debilidad que parecen estar atravesando ambos países.
"O tomamos esta oportunidad histórica o lo perderemos todo", fueron las palabras de Valery Sakhashchyk, fundador del 1º Batallón Aeromóvil de las Fuerzas Armadas ucranianas y jefe del Departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de Transición Democrático Unido de Bielorrusia, según apuntó a través de Twitter un asesor del Ministerio de Interior de Ucrania.
Desde el bloque occidental se sigue con cautela y expectación lo que pueda ocurrir en los próximos días tanto en Rusia como Bielorrusia, aunque todo hace indicar que dichas sublevaciones parecen haberse apaciguado pese a contar con fuertes apoyos dentro de ciertos sectores de los gobiernos.