Se sienten escalofríos en todo el mundo por el programa de diez puntos de Corea del Norte
El núcleo del programa de adoctrinamiento del país son los Diez Principios para el Establecimiento del Sistema de Ideología Única.
Corea del Norte es uno de los países más herméticos del mundo. Los viajes turísticos organizados por el gobierno norcoreano dan buscan transmitir a los turistas la impresión de que el país es próspero y sus ciudadanos están felices. Pero es sólo un teatro.
El escritor de no-ficción Kai Myrberg viajó en tren a Pyongyang, la capital de Corea del Norte, desde Pekín. Allí fue testigo de la pobreza inconsolable del campo, donde todo se hace a mano y las únicas herramientas son caballos y burros.
Toda la información disponible en el país es filtrada y censurada por el gobierno, cuenta el medio finlandés mtvuutiset.fi. No hay acceso a Internet y los periódicos son propiedad exclusiva del Estado. La gente ve a escondidas películas americanas o, si se atreven, escuchan canales de radio surcoreanos.
Según Myrberg, los ciudadanos no saben, por ejemplo, qué es la democracia. Se imaginan que Corea del Norte es un país excelente y que sus líderes han construido una sociedad ideal. La gente tiende a creer eso porque no tienen evidencia de nada más, dice Myrberg.
Los norcoreanos deben mostrar una devoción total a la dinastía Kim gobernante. El núcleo del programa de adoctrinamiento de Corea del Norte son los Diez Principios para el Establecimiento del Sistema de Ideología Única, que conforma la vida de cada norcoreano desde la primera infancia. Los Diez Principios dictan que toda la sociedad norcoreana debe creer únicamente en la familia Kim. Se castiga cualquier desviación o sospecha de deslealtad, en particular la adopción de creencias religiosas.
Si una persona hace algo malo se le detiene, se le interroga, se le tortuta y, finalmente, se le deriva a un campo de trabajos forzosos. El país también organiza ejecuciones públicas, que los ciudadanos deben presenciar.
