Rusia despliega su batallón de prisioneros ucranianos
Los ha puesto a pelear en Donetsk, contra sus propios compatriotas, en lo que supone una violación clara de las leyes de la guerra.
Rusia está batallando en Donetsk con ucranianos en sus filas. No, no son desertores ni rebeldes ni prorrusos. Son prisioneros ucranianos forzados a combatir. Lo ha desvelado la prensa del régimen de Vladimir Putin y lo ha recogido el norteamericano Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) en su último informe.
Explica que Rusia ha desplegado oficialmente un batallón formado por prisioneros de guerra ucranianos en la línea del frente en Ucrania, "lo que confirma aún más una miríada de aparentes violaciones rusas de la Convención de Ginebra sobre prisioneros de guerra". Y es que las leyes de la guerra y, en concreto, la tercera de estas convenciones, establece que los prisioneros de guerra deben recibir trato humanitario, alojamiento adecuado y alimentos, vestimenta y atención médica apropiados. Ponerlos en la trinchera, no.
Los medios estatales rusos RIA Novosti y Rossiya-1 informaron el 28 de diciembre de que soldados del batallón Bogdan Khmelnitsky, formado por prisioneros de guerra ucranianos y subordinados a la formación Kaskad del Ministerio del Interior de la República Popular de Donetsk (DNR), participaron en en su primer enfrentamiento contra las fuerzas ucranianas cerca de Urozhaine, en el oeste del Óblast de Donetsk, en el Donbás.
Los medios rusos habían informado previamente, el 27 de octubre, de que el batallón reclutó alrededor de 70 prisioneros de guerra ucranianos de colonias penales en Rusia y los envió a entrenar antes de desplegarse en el área occidental del Óblast de Donetsk a principios de noviembre.
El ISW continúa evaluando que el uso de prisioneros de guerra ucranianos en el batallón Bogdan Khmelnitsky es "probablemente una violación de la Convención de Ginebra sobre prisioneros de guerra, que prohíbe el uso de prisioneros de guerra en actividades militares del lado de la potencia que los ha capturado" y afirma que "ningún prisionero de guerra podrá en ningún momento ser enviado o detenido en áreas donde pueda estar expuesto al fuego de la zona de combate" y no podrá "ser empleado en trabajos que sean de naturaleza insalubre o peligrosa".
El tanque de pensamiento de defensa con sede en Washington señala que ha habido "recientes incidentes de aparentes violaciones rusas de la Convención de Ginebra sobre prisioneros" en los que parece estar involucrada la 76ª División de Asalto Aéreo de la Guardia. Existen imágenes de drones del 27 de diciembre mostrando a fuerzas rusas ejecutando a tres prisioneros de guerra ucranianos cerca de Robotyne, en el óblast de Zaporizhia occidental, y también imágenes del 13 de diciembre con uniformados de Moscú usando prisioneros de guerra ucranianos como escudos humanos.
El Fiscal General de Ucrania verificó la autenticidad del vídeo del 27 de diciembre un día más tarde y sugirió que elementos de la citada división probablemente sean responsables de las ejecuciones.
Los carniceros de Bucha
Varias investigaciones independientes realizadas ya en 2022 confirmaron que la 76ª División VDV, en particular su 234º Regimiento, participó en una "operación de limpieza" deliberada que masacró a civiles ucranianos en Bucha, cerca de Kiev, y uno de los hitos de violencia más graves de la guerra en curso.
La composición exacta del regimiento probablemente haya cambiado desde las masacres de Bucha, pero "la continua participación de este regimiento en aparentes crímenes de guerra sugiere que el comando más amplio puede estar alentando, o al menos no trabajando activamente para prevenir, tales prácticas como parte de su modus operandi".